El siglo XX inició 3 magnicidios, Madero, Pino Suárez y Carranza


Eulalio Gutiérrez

Fotos:Internet

PRESIDENTES RECONOCIDOS POR LOS CONVENCCIONISTAS

Eulalio Gutiérrez, convencionista, 6 de noviembre de 1914 – 16 de enero 1915; nombrado presidente interino por la Convención de Aguascalientes; Durante la Convención de Aguascalientes, enuncia ante la llegada de los villistas a la Ciudad de México; los trabajos de la Convención de Aguascalientes, se reanudaron a partir del 10 de octubre, en el Teatro Morelos de la capital de hidrocálida, es por ello que comúnmente se designó a esta Junta Revolucionaria como la «Convención de Aguascalientes», por ser una ciudad neutral.

Con la presencia y participación de los integrantes de todos los grupos revolucionarios en la asamblea (carrancistas, villistas y zapatistas), esta se declara soberana, y se erige como Soberana Convención Revolucionaria. Los delegados juraron solemnemente ante la bandera nacional respetar los acuerdos de la convención y estamparon su firma en el lábaro patrio.

El 31 de octubre de 1914, a las 11:30 de la noche, la asamblea aprobó por una mayoría de 97 votos contra 20, el cese en sus funciones de Venustiano Carranza como primer jefe del Ejército Constitucionalista y de Francisco Villa como jefe de la División del Norte. Eulalio Gutiérrez votó a favor de ambos ceses.

De acuerdo a la crónica de Vito Alessio Robles, en su obra “La Soberana Convención Revolucionaria” a la media noche del 31 de octubre, Pánfilo Natera, en su calidad de vicepresidente de la mesa directiva sometió a discusión la designación de un presidente interino de la república. Luego de amplias discusiones que, con un receso decretado por la mañana del día 1.º de noviembre y otro más durante la noche del mismo día, a las 10:30 de la noche se reanudaron los trabajos y se procedió a la elección de presidente de la república. Efectuado el escrutinio resultó elegido presidente de la república Eulalio Gutiérrez Ortiz, con 88 votos; Juan C. Cabral obtuvo 37 sufragios, José Isabel Robles, 2 votos; y Eduardo Hay, 1 voto. De esta manera, Eulalio Gutiérrez, se convierte en el primer presidente convencionista.

Roque González Garza, convencionista, 16 de enero 1915 – 10 de junio 1915; después de la toma de la y la huida de Eulalio Gutiérrez, Roque González, fue designado presidente interino el 16 de enero de 1915 y ostentó el cargo hasta el 10 de junio del mismo año, al verse obligado a renunciar en favor del secretario Francisco Lgos Cházaro.

Como encargado del poder ejecutivo, González Garza siempre buscó la reconciliación de las facciones revolucionarias. Dejó la presidencia de la república, entre otras cosas, por las objeciones que hizo en su contra el zapatista Manuel Palafox, por lo que entregó el mando al licenciado Francisco Lagos Cházaro, el 11 de julio de ese mismo año.

Tras su renuncia volvió a incorporarse a las tropas de Francisco Villa, incorporándose a las fuerzas de los generales Rodolfo Fierro y Canuto Reyes, hasta que las derrotas de los villistas lo obligaron a exiliarse en Estados Unidos.

Roque González Garza

En 1933, González Garza, cofundó el grupo paramilitar fascista Acción Revolucionaria Mexicanista, junto con muchos otros militantes de la Revolución Mexicana. Dirigió el grupo paramilitar hasta 1934, donde le sucedió Nicolás Rodríguez Carrasco. Aunque ya no era líder, mantuvo su protagonismo en el grupo; en marzo de 1935, González Garza y Ovidio Pedrero Valenzuela, dirigieron el grupo a caballo asaltando y destruyendo la recién creada sede del Partido Comunista Mexicano en la Ciudad de México.

PRESIDENTES RECONOCIDOS

POR LOS CONSTITUCIONALISTAS

Venustiano Carranza, Partido Liberal Constitucionalista; 1 de mayo de 1917 – 21 de mayo 1920… Asumió el gobierno como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, ejerciendo el ejecutivo de facto entre el 13 de agosto de 1914 y 30 de abril de 1917. Desconoció los gobiernos emanados de la Convención de Aguascalientes, Eulalio Gutiérrez, Roque González Garza y Francisco Lagos Cházaro.

El 1 de mayo asumió el cargo de manera constitucional, siendo el primero en ser electo por sufragio directo, y también el primero bajo la recién promulgada Carta Magna.

Presionado por sus opositores, abandonó la Ciudad de México y fue asesinado en el intento de establecer provisionalmente su gobierno en Veracruz; En su punto doce, el Plan de Ayala zapatista tenía prevista una junta de los principales jefes revolucionarios de los distintos estados (similar a la de la Convención), para que así estos pudieran nombrar a un presidente interino, al que se daría el encargo de convocar a elecciones de un nuevo Congreso de la Unión, que a su vez convocaría a elecciones para integrar los demás poderes del país…

…Si bien esta parece ser la propuesta más democrática, Carranza parecía no estar de acuerdo con esto. Su llamado para la conformación de la Convención en la Ciudad de México no llevaba otra finalidad más que la de concentrar y organizar bajo su mando todas las fuerzas revolucionarias que a lo largo y ancho del país se habían levantado en armas, para así constituirse en el hombre predestinado a ocupar la Presidencia de la República y no, como sucedió, en una especie de legislatura que buscó darle un nuevo rumbo a la República en vías de democratizar a la nación; La Convención, que Carranza creyó lo legitimaría, lo desconoció como presidente, lo cesó de su cargo y nombró a Eulalio Gutiérrez, como Presidente provisional. Carranza, en lugar de acatar las decisiones de la Junta, la declaró en rebelión y en enero de 1915 partió a Veracruz el personal de su administración. Ahí reorganizó su ejército con el apoyo de los generales Álvaro Obregón, Pablo González Garza, Cándido Aguilar, Salvador Alvarado, Jacinto B. Treviño, Francisco Coss, José de Jesús Madrigal Guzmán y otros. Además, al igual que Francisco Villa, decretó su propia Ley Agraria el 6 de enero de 1915 y expidió las adiciones al Plan de Guadalupe referentes al divorcio, municipio libre, independencia del Poder Judicial, accidentes del Trabajo, suspensión de la Lotería Nacional.

Venustiano Carranza

DESACUERDOS POR LA

CONSTITUCIÓN DE 1917

Cuando las fuerzas convencionistas fueron derrotadas, Carranza creyó conveniente consolidar en reformas constitucionales su movimiento político, cuestión que ya había comentado al referirse sobre la necesidad de rehacer la Constitución de 1857 desde un discurso que dio en Hermosillo el 24 de septiembre de 1913. La debilidad del zapatismo permitió que se tomara la Ciudad de México y fue este triunfo, el que le trajo el reconocimiento oficial del gobierno estadounidense, en octubre de 1915.

El 14 de septiembre de 1916, Carranza anunció la necesidad de convocar a un congreso constituyente para reformar la Constitución de 1857. En dicha convocatoria, se estipuló que por cada 70.000 habitantes se nombraría un diputado, aproximadamente, pues algunos estados dominados por fuerzas villistas o zapatistas enviaron representaciones mínimas. Los requisitos de representación eran los mismos de la Constitución de 1857, sólo que se incluía, el no haber ayudado con las armas o desempeñando un empleo público con los gobiernos o facciones hostiles a la causa constitucionalista (excluyéndose así el ideal villista y zapatista, así como otros grupos antagonistas tales como reyistas y maderistas). Dicho congreso fue una asamblea de políticos conformada principalmente por abogados, profesores, ingenieros y militares de clase media. Solo la minoría tenía experiencia parlamentaria, pues ya antes habían pertenecido a una agrupación llamada “Bloque liberal renovador”, que años atrás habían legitimado el régimen huertista perteneciendo a la XXVI Legislatura.

A pesar de los requerimientos previos, todas estas diferencias provocaron grandes problemas y polémicas durante las sesiones. Asimismo, la lucha armada había sido hecha por gente rural y los diputados que eligieron el México fueron elegidos por gente urbana, lo cierto es que las regiones que habían sido más activas en la lucha armada tuvieron menos representantes en el congreso constituyente. Esta nueva Carta Magna plasmó diferencias con respecto a la Constitución de 1857 ya que la primera fue apegada al liberalismo y la segunda fue muy realista de acuerdo con las condiciones internacionales de su tiempo.

Cuando Carranza propuso su proyecto de Constitución, que, originalmente pretendió ser una reforma a la Constitución liberal de 1857, los diputados más progresistas repudiaron el texto, mientras que los del Bloque liberal renovador estuvieron de acuerdo con él. Para la mayoría parlamentaria, no expresaba los ideales por los que ellos (ni el pueblo) habían luchado: la visión carrancista era insuficiente en temas de suma importancia para los diputados revolucionarios, obreros, campesinos y militares que se habían solidarizado en cierta forma con villistas y zapatistas durante la Convención. Al conocer el proyecto carrancista sobre la libertad de trabajo, por una parte, y la propiedad territorial, por la otra, que había sido tomada de la de 1857, señalaron que las demandas obreras y campesinos no estaban siendo atendidas.

A raíz de esto, exigieron al Primer Jefe, se respetaran e incorporaran las disposiciones que luego serían conocidas como derechos o garantías sociales. Los constituyentes ortodoxos, juristas y maestros en derecho, creían inadecuada la incorporación de los derechos de los trabajadores en la ley suprema porque contraviene la técnica constitucional. Consideraban inoportuno que esta hablare de la duración de la jornada, salario mínimo y del trabajo de las mujeres, pues según ellos todo eso era legislación secundaria. Por su parte, a los legisladores provenientes de las luchas obreras y campesinas no les importó dicho argumento y estaban empeñados en ver sus demandas inscritas en la ley suprema.

ZAPATISTAS Y VILLISTAS, NO DEBÍAN

FORMAR PARTE DEL CONSTITUYENTE

Por ejemplo, con objeto de hacer efectiva la reforma agraria, la redacción original del artículo 27 sostiene la fracción de los latifundios, el desarrollo de la pequeña propiedad, la creación de nuevos centros de población agrícola con las tierras y aguas que les sean indispensables, el fomento de la agricultura y la prevención de la destrucción de la naturaleza. El ideal de propiedad escrito en el artículo 27 en sus inicios no se ajustaba completamente a los cánones de un capitalismo clásico ni a los del socialismo. Era, en sí, una mezcla de ambos pensamientos, uno más tenue que otro. Del capitalismo conservaba la propiedad privada, pero al limitarla a una extensión máxima rompía con el arquetipo liberal, que pugna por la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos; del  socialismo, coincidía en el impulso de la propiedad colectiva, tales como el ejido y demás propiedades en este sentido. Si bien, tanto zapatistas como villistas no podían formar parte del Congreso, con la constitución se manifiesta la enorme influencia ideológica luego de la Convención.

Independientemente el proyecto que había presentado Venustiano Carranza fue modificado sustancialmente, y no obstante no estaba de acuerdo con los cambios hechos a la misma, este tuvo que adaptarse a ideales de sus antiguos enemigos irreconciliables que habían influenciado inclusive a sus más cercanos allegados, promulgando la Constitución el 5 de febrero de 1917. Desde entonces, sería conocida como la Constitución de 1917, misma que introdujo algunos conceptos sociales muy avanzados para su época, como las relaciones obrero-patronales, que quedaron plasmadas en el artículo 123 y las reformas educativa y agraria que quedaron plasmadas en los artículos 3 y 27, respectivamente.

PRESIDENCIA 1917-1920

La fase gubernativa carrancista se dividió en dos periodos: el preconstitucional y el constitucional, siendo la Constitución de 1917  el “parteaguas” de este gobierno. El primer periodo se caracterizó porque permanecían en armas los villistas y los zapatistas. Otro de los mayores problemas del año 1916 fue diplomático y militar, ya que como represalia por la incursión de Francisco Villa al pueblo de Columbus, Nuevo México, el gobierno estadounidense envió tropas para combatir al revolucionario, las cuales permanecieron en México poco menos de un año. Para llevar a cabo la transición del proceso revolucionario a la creación de un Estado posterior a la Revolución, los grupos vencedores debían definir su proyecto de país, lo que hicieron precisamente, mediante la Constitución de 1917.

La nueva Constitución se promulgó el día 5 de febrero de 1917 y, en consecuencia, el día 6 del mismo mes se convocó a elecciones para diputados y senadores a la XXVII Legislatura del Congreso de la Unión y para Presidente de la República. Postulado por el Partido Liberal Constitucionalista, Carranza ganó las elecciones y el 1 de mayo de 1917 tomó posesión como presidente constitucional. Durante su gobierno, Carranza se dio a la tarea de pacificar el país, reorganizar la administración y los poderes, y hacer valer la constitución que había sido promulgada.

PROMESAS DE LOS ALEMANES A CARRANZA

EN TELEGRAMA ZIMMERMANN

A pesar de todo, Carranza se las arregló para mantener la neutralidad de México en el marco de la Primera Guerra Mundial. Por un tiempo consideró seriamente aliarse con el Imperio Alemán después de que el ministro de relaciones de aquel país, Arthur Zimmermann, enviara a México el famoso Telegrama Zimmermann en enero de 1917, invitando a México al conflicto del lado de los alemanes. Zimmermann prometía en ese telegrama el ayudar a México a reconquistar el territorio perdido durante la invasión estadounidense de 1846, particularmente los estados de Texas, Nuevo México, y Arizona. Carranza asignó a varios de sus generales a estudiar la posibilidad de recapturar aquellos territorios de los Estados Unidos, pero finalmente se concluyó que una guerra contra el vecino del Norte no era factible. Carranza creía que toda posible ayuda por parte de Alemania no podría ser garantizada ante el bloqueo de la Marina Británica.

TERCER MAGNICIDIO DEL SIGLO XX;

ASESINAN A VENUSTIANO CARRANZA

Francisco I. Madero, junto con José María Pino Suárez, fueron víctimas de los dos primeros magnicidios en México en los albores del siglo XX ( 22 de febrero de 1913, por órdenes del golpista Victoriano Huerta), A esta trágica lista se agregó el nombre de Venustiano Carranza, quien fue asesinado el 21 de mayo de 1920.

Carranza, en 1920 buscó imponer como presidente de la República a un civil, el ingeniero Ignacio Bonillas, pues ya para entonces era contrario a la ideología política mostrada por Álvaro Obregón y se encontraba desilusionado por la actitud de Pablo González Garza. Dicha actitud causó una revuelta encabezada por Álvaro Obregón, quien desconoció a Bonillas y se sublevó en su contra al amparo del Plan de Agua Prieta, de Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta, por un lado y González, por el otro.

Hubo continuos ataques al ferrocarril en las estaciones poblanas de San Marcos, Rinconada — donde mataron al caballo de Carranza — y de Aljibes, Puebla. El 20 de mayo de 1920 salió de esta última al conocerse que las vías habían sido dinamitadas, y se internó en la Sierra Norte de Puebla con muchos de sus seguidores, incluida una escolta de cadetes del Colegio Militar, en un intento desesperado por alcanzar el puerto de Veracruz. Llegó así hasta el pequeño pueblo de Tlaxcalantongo, donde la madrugada del 21 de mayo de 1920 las tropas del general Rodolfo Herrero lo asesinaron, por órdenes de Plutarco Elías Calles, mientras dormía en un jacal.

PERIODO POSREVOLUCIONARIO 1920 – 1934

Adolfo de la Huerta, Partido Liberal Constitucionalista, 1 de junio de 1920 – 30 de noviembre de 1920; Al asumir el poder, Adolfo de la Huerta se propuso como tareas fundamentales reorganizar el gobierno, lograr la paz interna y convocar a elecciones generales para renovar los poderes ejecutivo y legislativo. Su actitud conciliadora hacia los grupos disidentes y hacia la fuerza militar que le apoyó lo llevó a formar un gabinete integrado por algunos representantes de grupos revolucionarios. Plutarco Elías Calles, en Guerra y Marina; Antonio de la Mora, secretario de Defensa; Salvador Alvarado, en Hacienda; Jacinto B. Treviño, en Industria, Comercio y Trabajo; Antonio I. Villarreal, en Agricultura, y Fomento; y Pascual Ortiz Rubio, en Comunicaciones y Obras Públicas.

Adolfo de la Huerta

«PACIFICACIÓN»

La pacificación del país significó la eliminación de los jefes militares partidarios de Carranza, sobre todo los más destacados como Pablo González, Cándido Aguilar y Manuel M. Diéguez (que fueron relevados de su mando y exiliados) y la incorporación de sus tropas al ejército federal controlado ahora por sonorenses. El siguiente paso fue buscar la reconciliación de zapatistas y villistas. En cuanto a los primeros, se les incorporó al ejército federal en calidad de División del Sur. En tanto a los segundos, se logró poner una solución negociada que consistía en que las unidades villistas fueran disueltas a cambio de que el gobierno otorgara un reparto de tierras a los soldados veteranos. A Pancho Villa se le ofreció una hacienda en Chihuahua, donde tendría oportunidad de incorporarse a la vida civil como terrateniente. Tras varias negociaciones, Villa aceptó, y el 28 de julio firmó el acta de rendición; un mes después se estableció en la Hacienda de Canutillo.

ENFRENTAMIENTO CON OBREGÓN

Adolfo de la Huerta le entregó tranquilamente el poder a su sucesor, Álvaro Obregón. De la Huerta figuró en el gabinete obregonista como secretario de Hacienda.

De la Huerta tuvo fricciones con el presidente Obregón a raíz de la firma del  Tratado de Bucareli en 1923 (que consistía en que México «garantizaba los derechos de propiedad sin límite a particulares extranjeros y a todas las compañías petroleras estadounidenses»),  pues consideraba que los Tratados atentaban contra la soberanía de México. Renunció a su cargo en el gabinete y aceptó su candidatura presidencial por el Partido Nacional Cooperativista para contender contra el general Calles.  Renunció a su cargo en el gabinete y aceptó su candidatura presidencial por el Partido Nacional Cooperativista para contender contra el general Calles. Se trasladó a Veracruz, desde donde lanzó un manifiesto que desató la rebelión delahuertista. Se trasladó a Veracruz, desde donde lanzó un manifiesto que desató la rebelión delahuertista.

Debido al aislamiento del estado de Tabasco, este se convirtió en el reducto más seguro para los rebeldes, por lo que Adolfo de la Huerta, considerándolo un territorio inexpugnable partió de Veracruz el 5 de febrero rumbo a Villahermosa, la capital del estado, la cual estaba tomada por los rebeldes delahuertistas desde el 10 de enero. De Villahermosa, De la Huerta viajó al puerto de Frontera el 20 de febrero y a través de un manifiesto la declaró «Capital Delahuertista de México», regresando posteriormente a Villahermosa. De la Huerta permaneció ahí poco más de un mes hasta que decidió abandonar el país y el 11 de marzo de 1924 partió hacia Estados Unidos.

El movimiento se debilitó desde el momento que De la Huerta partió ala Unión Americana, las tropas federales marcharon sobre Tabasco, convertido en el último reducto de los rebeldes. Las tropas leales al gobierno tomaron Frontera y el 17 de junio recuperaron Villahermosa con lo que cayó el último bastión del delahuertismo.

Álvaro Obregón, en una foto de archivo.

Álvaro Obregón, Partido Laborista Mexicano, 1 de diciembre de 1920 – 30 de noviembre de 1924; antecedentes: Obregón protestó por el asesinato de Zapata, pero Carranza adivinaba desde entonces sus aspiraciones presidenciales por lo que se dio a la tarea de desmembrar cuanto antes a los grupos obregonistas de la Cámara de Diputados, en la XXVIII Legislatura… El 1 de junio, Obregón lanzó oficialmente su candidatura desde Nogales, Sonora mediante un manifiesto a la nación. En su primer discurso oficial, habló de la necesidad de un gobierno encabezado por hombres de corrientes liberales. Como afirmó a Plutarco Elías Calles, realmente no tenía competencia. Pablo González, su único rival, había pactado con Obregón. Pero Carranza lanzó la candidatura del embajador mexicano en Washington, Ignacio Bonillas,  poco conocido en México y pronto fue apodado «Flor de Té». Carranza deseaba una sociedad gobernada por civiles y por eso lanzó a Bonillas como candidato.

Aunque su campaña política había comenzado desde el otoño de 1919, fue hasta enero de 1920 cuando inició su gira política. No tenía aún un partido con el cual pudiera ser representado en las elecciones, pero en marzo, el presidente del Partido Laborista Mexicano, Luis N. Morones,  le ofreció enarbolar el estandarte de su organización, Obregón aceptó.

El 28 de marzo, mientras daba un discurso en Tampico, integrantes del ejército federal irrumpieron para agredir y golpear a varios de sus simpatizantes, pocos días después, fue citado a comparecer en la Ciudad de México en un caso de conspiración por lo que tuvo que interrumpir su campaña realizando su último acto proselitista en la ciudad de Monterrey el 4 de abril.

Una vez en la capital, se presentó en la prisión militar de Santiago Tlatelolco para comparecer, ya que el general Roberto Cejudo fue acusado de conspirar y delató a Obregón. En la primera sesión del juicio, el 11 de abril, Obregón fue acusado de traición al gobierno y de conspirar en contra de Carranza. Juan Barragán, jefe del Estado Mayor de Carranza y amigo de Obregón le sugirió escapar antes de que fuera aprehendido. Por esos días fue removido como gobernador de Sonora,Adolfo de la Huerta, otro amigo de Obregón, en quien aumentaron las sospechas de una conspiración en su contra para evitar que fuera candidato.

La madrugada del 22 de abril, con un disfraz de ferrocarrilero que le proporcionó Alessio Robles, Obregón escapó a la ciudad de Iguala,Guerrero. Fortunato Maycotte, antiguo subordinado suyo en la campaña contra Villa, le informó que en Sonora, Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles habían proclamado el Plan de Agua Prieta.

PRESIDENTE DE LA

REPÚBLICA 1920 -1924

Álvaro Obregón tomó posesión como presidente constitucional de México a la medianoche del 1 de diciembre de 1920. Durante su mandato intentó concluir el proceso de pacificación nacional que inició Adolfo de la Huerta, y comenzó la repartición de tierras a los campesinos del Estado de México, como parte de su proyecto de reforma social.

Educación: José Vasconcelos

José Vasconcelos era un intelectual mexicano que fue Ministro de Instrucción Pública en el gobierno de Roque González Garza, presidente convencionista. Al triunfar Carranza en la guerra civil, se exilió en Idaho Estados Unidos, pero volvió en 1920 para dirigir la Universidad Nacional. Obregón decidió restituir el antiguo Ministerio de Instrucción Pública, que fue suprimido por Carranza en 1918, y esta nueva institución renació con el nombre de Secretaría de Educación Pública, dirigida por Vasconcelos y creada en 1921. Desde esta plaza Vasconcelos efectuó su plan de fundación de escuelas rurales, formación de nuevos maestros y edición de clásicos de la literatura, como la Divina Comedia y otras obras de autores como Platón. Además, Vasconcelos impulsó las escuelas de artes y oficios donde se enseñaban estas disciplinas a los jóvenes y en ocasiones también a los adultos. Promocionó a los muralistas y les otorgó espacios para realizar sus obras, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

POLÍTICA INTERNA

En la política, Obregón intentó mantener el control y equilibrio de las fuerzas políticas imperantes en el país, principalmente del ejército. Por ello, concedió la amnistía a Francisco Villa y Saturnino Cedillo y a cambio de rendirse y colaborar en la estabilidad del país les otorgó tierras, producto del reparto agrario. Otra de las preocupaciones del gobierno obregonista fue obtener el reconocimiento por parte de los Estados Unidos. Cuando Obregón fue elegido, las cámaras de comercio de las ciudad de Nogales y Tucson, Arizona enviaron representantes a la toma de protesta en la Ciudad de México; como muestra de gratitud, Obregón les regalo un sarape con la imagen de George Washington bordada en él. Esta relación entre comerciantes de Arizona y Sonora, había sido construida años atrás, durante la Revolución, por parte del mismo Obregón y Plutarco Elías Calles. Dicha relación binacional entre México y Estados Unidos era importante, ya que en caso de una nueva revuelta armada en su contra, Obregón debería usar el apoyo de Estados Unidos, que capitalizó a inicios de 1923, con el Tratado de Bucareli. Sin embargo, tuvo que hacer ciertas concesiones con EE. UU, sobre todo en materia agraria y del petróleo, ya que la política nacionalista del artículo 27 constitucional afectaba los intereses de las compañías extranjeras en México.

Plutarco Elías Calles: The Legacy of a Mexican Revolutionary and Statesman

Plutarco Elías Calles, Partido Laborista Mexicano, 1 de diciembre de 1924 – 30 de noviembre 1928.

DE CANTINERO Y ALCOHÓLICO,

A PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Su cercanía hacia Álvaro Obregón era tal,  que se decía que era el brazo derecho que este había perdido en Celaya. Fue gracias a esta relación que, sin mucho esfuerzo, aunque sí hubo de sofocar la rebelión encabezada por Adolfo de la Huerta y ganarle a su único contrincante Ángel Flores, que Calles ocupó la silla presidencial a los cuarenta y siete años de edad. Tomó posesión del cargo a las 12:00 horas del 1 de diciembre de 1924 en el flamante Estadio Nacional, como se le conocía antes al estadio construido en los terrenos del antiguo Panteón de la Piedad; en una ceremonia a la que asistieron más de cuarenta mil personas. Al acto le siguió una recepción que continuó toda la noche frente a la casa de Calles en la calle Marsella número 21.

Plutarco Elías Calles: The Legacy of a Mexican Revolutionary and Statesman
Plutarco Elías Calles, Partido Laborista Mexicano, 1 de diciembre de 1924 – 30 de noviembre
1928.

El nuevo mandatario era un político entre los militares que supo ganarse a los más importantes líderes de la época para que le permitieran continuar con la reconstrucción del país. Calles asentaría su poder sobre cuatro pilares:

1).- El apoyo del general Álvaro Obregón, principal caudillo de la época.

2).- La profesionalización y descaudillización del Ejército.

3).- La organización de las bases que lo llevarían a la creación del Partido Nacional Revolucionario.

4).- El acuerdo estadounidense con todo y renegociación de la deuda.

POLÍTICA INTERNA

La política de Calles durante su presidencia estaba enfocada en la reconstrucción nacional, mediante el establecimiento de un Estado fuerte, apoyado en la ideología populista y basada en el principio de conciliación de sectores. Con Calles se logró un ajuste económico y de instituir un nuevo orden político.

REORGANIZACIÓN DEL EJÉRCITO

Por las rivalidades internas y las aspiraciones presidenciales de casi todos los jefes militares, el ejército se había convertido en un centro de insurrección, por lo que fue necesaria su reorganización; labor que Calles le asignó al secretario de Guerra, Joaquín Amaro.

Se restableció el antiguo Colegio Militar y se profesionalizó a los oficiales, despidiendo a los más revoltosos. Amaro se enfocó en acabar con la costumbre en la que los jefes de zona o de unidad formaban ejércitos privados que les rendían lealtad. El general Amaro dividió al país en 33 jefaturas que reemplazaban a diez zonas, y cuando era necesario, las subdividía. Otro problema del Ejército mexicano de ese tiempo era la falta de dinero para adquirir armamentos y el bajo salario de los soldados, condiciones que mejoraron cuando México progresó en sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

 

El «padre» de la frivolidad en la política

Por Guerra Cristera se entiende a la etapa histórica transcurrida entre 1926 y 1929, caracterizada por el presidente Plutarco Elías Calles, donde se efectuó un conflicto armado entre el gobierno y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistían la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir el poder y la participación De la Iglesia Católica sobre los bienes de la nación así como en procedimientos civiles.

Entre los eventos que precipitaron el conflicto, por un lado se cuentan varias matanzas de fieles católicos a la salida de actos de culto en templos católicos en Ciudad de México y en otras ciudades de la República, y por el otro lado las atrocidades de los cristeros en contra de los Maestros Rurales desarmados, que ni siquiera tomaban parte en el conflicto, algunos no aceptaron dejar sus escuelas y comunidades, y a muchos se les cortaron las orejas como resultado, a dichos maestros se les conoce como «maestros desorejados». En Los peores casos, los maestros fueron torturados y asesinados por los cristeros. Se ha calculado que al menos 300 maestros fueron asesinados entre los años 1935 y 1939, incluyendo el asesinato de Carlos Sáyago, Carlos Pastraña, y Librado Labastida en Teziutlán, Puebla; la ejecución del maestro, Carlos Toledano, quien fue quemado vivo en Tlapacoyan, Veracruz; y el linchamiento de al menos 42 maestros en el estado de Michoacán. Asimismo puede citarse el caso de la maestra María Rodríguez Murillo, quien fuera ultrajada y muerta por un grupo de cristeros.

Estos eventos fueron registrados por los principales diarios del País, pero que fueron censurados por el gobierno revolucionario, aunque algunos diarios extranjeros sí reportaron las masacres.

 

RUPTURA DE RELACIONES CON LA IGLESIA

Hacia 1919, los católicos habían fundado el partido político Nacional Republicano, y exigieron que fuera reformada la Constitución al tiempo que organizaban manifestaciones contra el gobierno revolucionario y gritaban por la Ciudad de México sus filiaciones religiosas. En febrero de 1925 los dirigentes de la Confederación Regional Obrera Mexicana, CROM, concibieron la idea de formar una iglesia católica  separada de Roma y pusieron en práctica su proyecto en un templo de Ciudad de México, el cual tomaron violentamente, por las armas, y donde instalaron al sacerdote renegado José Joaquín Pérez para que fuera el patriarca de la nueva iglesia. Por ese tiempo, los gobernadores anticlericales de los Estados de Veracruz y Tabasco dictaron decretos para limitar las funciones de los sacerdotes. En protesta, los jóvenes católicos fundaron, en marzo de 1925 la Liga Nacional de Defensa Religiosa. El conflicto entre la Iglesia y el gobierno se agudizó cuando el arzobispo de México, José Mora del Río, realizó protestas contra las disposiciones que se referían a las cuestiones religiosas en el artículo 130 de la Constitución. Calles ordenó al procurador de Justicia la detención del arzobispo, lo cual produjo numerosas protestas de los católicos y de varios embajadores extranjeros.

«LEY CALLES»

El 14 de junio de 1926, el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles Campuzano expidió una Ley adicional que fue publicada el 2 de julio del mismo año, en la que limitaba el número de sacerdotes en cada Entidad y donde se establecía que todos los sacerdotes del país debían registrarse con cada presidente municipal y solamente podrían ejercer sus funciones quienes tuvieran una licencia otorgada por el Congreso de la Unión o el Congreso del estado correspondiente. Esta Ley efectivamente no solamente no separaba Iglesia y Estado, sino que supeditaba la primera al segundo, el cual mediante ella adquiría «Carta blanca» legal para inmiscuirse a su antojo en los asuntos estrictamente internos de las Iglesias, la Católica, en particular.41

1925. Se funda la
Liga Nacional de la
Liberación Religiosa.
Foto: Archivo General
de la Nación

En el decreto, Calles hacía saber las reformas del Código Penal donde establecía penas severas por violaciones a la Constitución en lo referente a cultos o enseñanza. Debido a la Ley «Calles», fueron clausurados arbitrariamente 142 templos en el País, varias capillas en asilos de beneficencia privada abiertos al público; se suprimieron las actuaciones de religiosos en todas las instituciones de beneficencia en las que participaban; se cerraron 73 conventos y se expulsó a numerosos sacerdotes extranjeros. Ante estas agresiones por parte del gobierno, a finales de julio de 1926, el episcopado mexicano ordenó la suspensión de todos los actos de carácter religioso; acción que precipitó el movimiento armado.