Ruiz-HealyTimes La hipocresía de Ulises


Eduardo Ruiz-Healy

Por ahí leí que el PRI ha sido un especialista en criar cuervos que terminan por sacarle los ojos.

Entre estos cuervos ingratos están los diversos grupos sociales de Oaxaca que durante décadas recibieron recursos multimillonarios de los gobiernos priístas, fueran federales o estatales, y que hoy amenazan con desestabilizar al país.

Otros cuervos criados por el PRI que terminaron por sacarle los ojos son aquellos que un buen día, de repente, después de años de militancia, se dieron cuenta de que eran unos nuevos apóstoles de la democracia, las reencarnaciones mismas de Francisco Madero.  Claro que su conversión a la democracia se dio  después de que no se vieron favorecidos por alguna decisión cupular del partido que antes los había consentido.

Son muchos los neo demócratas que cuando fueron priistas no cuestionaron a su partido, siempre y cuando sus designios sirvieran para servir a sus propios intereses. Entre ellos están Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís, Manuel Bartlett, Leonel Godoy, Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador, Ifigenia Martínez, Diódoro Carrasco, Miguel Ángel Yunes, Jaime Rodríguez Calderón, Florencio Salazar, Carlos Joaquín González, José Rosas Aispuro, Francisco Xavier Berganza, José Guadarrama, Lorena Cuéllar, José Luis Pech Várguez, Layda Sansores, Gabino Cué Monteagudo, Héctor Garza González y muchísimos más. Todos, sin excepción, cantaron loas a favor del PRI, cuando les convino, y lo traicionaron cuando ya no les convino. Algunos se fueron al PAN, al PRD, a Morena, a MC o de independientes, algunos han brincado de un partido a otro, desde donde ahora se declaran demócratas, progresistas e izquierdistas, sin que realmente lo sean.

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SÓLO INTERESES PERSONALES

Son políticos pragmáticos y sin ideología. Su único interés es el propio y del equipo político al cual pertenecen. Cuando nos dicen que están del lado del pueblo y de la democracia, mienten. Y son hipócritas al prometernos que no robarán ni mentirán después de que durante años fueron militantes de un partido del cual surgieron una cantidad enorme de mentirosos y ladrones que ellos no denunciaron cuando debían hacerlo, cuando eran priistas.

Un cuervo que pretende sacarle los ojos al PRI sin haberse ido todavía del partido es el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, quien desde hace unos días descubrió lo que es la democracia después de haberla pisoteado durante toda su vida como priista.

Resulta que Ulises no está de acuerdo con el procedimiento que está utilizando el PRI para imponer a su próximo presidente, el quién sabe si es priista Enrique Ochoa Reza. El exgobernador oaxaqueño exige que la elección del sucesor de Manlio Fabio Beltrones sea mediante una votación en la cual participen los militantes de su partido sabiendo que eso es una imposibilidad debido a que actualmente hay un presidente de la república que es priista y que tiene todo el derecho a designar al presidente del PRI.

Curiosamente, Ulises Ruiz no protestó cuando lo hicieron candidato a la gubernatura oaxaqueña.

Tampoco vio mal cuando él mismo impuso como candidato priista para sucederlo a Eviel Pérez Magaña, quien perdió la elección ante el actual gobernante Gabino Cué Monteagudo. Y no se vio nada democrático cuando, como delegado del PRI en Quintana Roo, permitió que el actual gobernador impusiera a su candidato a la gubernatura de la manera más arbitraria posible.

En resumen, Ulises es un hipócrita que exige que el PRI utilice un procedimiento en el cual él mismo no cree. Igual que los que desde 1988 han abandonado al PRI al no ver cumplidos sus deseos o caprichos. Habrá que ver si, como aquellos, termina renegando del partido que lo encumbró y, según dicen los que saben, permitió que se hiciera muy, pero muy rico.

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BANTÚ, OTRO CASO QUE  DEBE AVERGONZARNOS

“Ella se comunica mediante un lenguaje de signos, utilizando un vocabulario de más de 1,000 palabras. También entiende el inglés hablado y con frecuencia lleva a cabo conversaciones ‘bilingües’, respondiendo con señas a las preguntas formuladas en inglés. Está aprendiendo las letras del alfabeto y puede leer algunas palabras impresas, incluyendo su propio nombre. Ha obtenido puntajes de entre 85 y 95 en la Prueba de Inteligencia de Stanford-Binet [lo cual significa que su coeficiente intelectual, en términos humanos, es entre promedio bajo (80-89) y promedio (90-109)].

“Ella demuestra una clara conciencia de sí misma al involucrarse en comportamientos auto-dirigidos frente a un espejo, como el hacer caras o examinarse sus dientes, y por su uso apropiado del lenguaje auto-descriptivo. Miente para evitar las consecuencias de su propia mala conducta y anticipa las respuestas de los demás a sus acciones. Se involucra en el juego imaginario, tanto cuando está sola o acompañada. Ha producido pinturas y dibujos que son representacionales. Recuerda y puede hablar de eventos pasados de su vida. Entiende y ha utilizado correctamente las palabras relacionadas con el tiempo como ‘antes’, ‘después’, ‘más tarde’ y ‘ayer’.

“Ella se ríe de sus propios chistes y de los que cuentan los demás. Llora cuando se lastima o queda sola, grita cuando está asustada o enojada. Habla sobre sus sentimientos utilizando palabras como ‘feliz’, ‘triste’, ‘miedo’, ‘disfrutar’, ‘ansioso’, ‘frustrar’, ‘loco’ y, con bastante frecuencia, ‘amor’. Se aflige por lo que ha perdido -un gato favorito que ha muerto, un amigo que ha desaparecido. Puede hablar de lo que sucede cuando uno muere, pero manifiesta inquietud e incomodidad cuando se le pide hablar de su propia muerte o la muerte de sus compañeros. Ella muestra una dulzura maravillosa con gatos y otros animales pequeños. Incluso se ha expresado empatía por los demás que sólo se ven en las fotografías”.

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Así, en los tres párrafos iniciales de su trabajo The Case for the Personhood of Gorillas, las investigadoras Francine Patterson & Wendy Gordon, presentaron en 1993 a Koko, una gorila occidental de llanura nacida en el zoológico de San Francisco, California, el 4 de julio de 1971, que fue adiestrada por Patterson y otros científicos de la Universidad de Stanford para poder hablar con humanos. Para comunicarse, Coco utiliza poco más de mil signos basados en el lenguaje de señas estadounidense (ASL) y  comprende aproximadamente  dos mil  palabras de inglés hablado.

Bantú, el gorila de montaña que murió la semana pasada en el Zoológico de Chapultepec bajo circunstancias aún no aclaradas, pertenecía a otra subespecie que la de Koko, pero como poseía características similares, mismas que son descritas en el sitio del World Wildlife Fund (WWF) (www.worldwildelife.org): “Los gorilas muestran muchos comportamientos y emociones similares a las humanas, como la risa y la tristeza. Incluso hacen sus propias herramientas para ayudarse a sobrevivir en el bosque. De hecho, los gorilas comparten el 98.3% de su código genético con los humanos, lo que los convierte en  nuestros primos más cercanos después de los chimpancés y los bonobos”.

Se estima que en Uganda, Ruanda y la República Democrática del Congo quedan unos 880 gorilas de montaña, lo que signifca que es una subespecie en peligro de extinción.

La muerte de Bantú representa un duro golpe a la subespecie a la que pertenecía este gorila nacido en México en 1991. Nuestro país se queda sin gorilas de la montaña machos y sólo con tres hembras, lo que anula cualquier posibilidad de reproducción.

Este caso debe ser esclarecido. Los responsables de alguna negligencia, si es que la hubo, deben ser sancionados. Bantú puede haber sido víctima de un homicidio imprudencial, pero homicidio al fin de cuentas.

Este es un asunto más que debe causarnos vergüenza a los mexicanos. De por sí, el haberle dado al gorila el nombre de un importante grupo étnico que habita la parte central y sureña de África ya muestra la poca sensibilidad de los burócratas que así decidieron llamarlo.

Sitio web: ruizhealytimes.com

Twitter: @ruizhealy

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