Ruiz-HealyTimes: Ganadores y perdedores


Ricardo Anaya, líder nacional del PAN se agiganta tras los resultados.

En su momento, todos los partidos y candidatos dijeron ser ganadores.

Grandes perdedores, tras resultados de la jornada electoral 2016.

Gran circo armado por contendientes, sus seguidores y partidos políticos.

Eduardo Ruiz-Healy

Terminó la batalla electoral que durante meses enfrentó a priístas y sus aliados contra panistas, perredistas y quienes con ellos se asociaron.

En el campo de batalla quedaron tiradas, tal vez extinguidas para siempre, las carreras políticas de aquellos que sucumbieron ante sus adversarios. Curiosamente, hay algunos perdedores que sobrevivieron para dar la pelea en alguna futura confrontación.

Y desde alguna loma, viendo el lugar en donde se dio la pelea, están los ganadores del enfrentamiento.

El gran triunfador del domingo es, sin duda alguna, Ricardo Anaya, el presidente nacional del PAN, el joven maravilla. Bajo su conducción, ganaron la batalla electoral siete de los 12 candidatos que su partido, el PAN, lanzó en pos de igual número de gubernaturas. XXX de ellos representaron a únicamente a su partido, mientras que XXX fueron candidatos de la aberrante pero evidentemente exitosa alianza entre el blanquiazul y el PRD.

También son triunfadores los que como candidatos panistas ganaron las gubernaturas de Aguascalientes, Chihuahua, Puebla y Tamaulipas: Martín Orozco Sandoval, Javier Corral Jurado, José Antonio Gali Fayad y Francisco García Cabeza de vaca, respectivamente. Asimismo, los que como candidatos de la alianza PAN-PRD se quedaron con las gubernaturas de Durango, Quintana Roo y Veracruz: José Rosas Aispuro, Carlos Joaquín González y Miguel Ángel Yunes Linares, respectivamente. De estos tres últimos, sólo Joaquín no era panista, habiendo renunciado a su militancia priista antes de ser ungido candidato panperredista.

A pesar de que a su partido le fue sumamente mal el domingo pasado, deben considerarse ganadores los cinco priístas que obtuvieron la mayoría de votos en las elecciones para gobernador de sus respectivos estados: Omar Fayad, en Hidalgo; Alejandro Murat Hinojosa, en Oaxaca; Quirino Ordaz Coppel, en Sinaloa; Marco Antonio Mena Rodríguez, en Tlaxcala; y Alejandro Tello Cristerna, en Zacatecas.

A pesar de que quedó en el tercer lugar, no puede decirse que Cuitláhuac García Jiménez sea un  perdedor. Representando a Morena empezó desde ceros y obtuvo el 27% de los votos en la elección para gobernador de Veracruz. Seguramente será el candidato de ese partido dentro de dos años.

Veamos ahora quienes son los grandes perdedores del domingo pasado.

Indudablemente que entre ellos están los dos principales priístas del país, el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, así como los gobernadores priístas de los seis estados en donde el voto favoreció a candidatos de la oposición.

Pese a que haya quienes lo niegan, en las elecciones del 5 de junio hubo un voto para castigar los errores u omisiones, reales o percibidos, del gobierno que preside Peña Nieto.

Manlio Fabio queda muy debilitado después del domingo pasado en vista de que el PRI se quedó muy corto de obtener las nueve gubernaturas que él había pronosticado.

Los cuestionados gobernantes priístas de Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz -César Duarte, Roberto Borge y Javier Duarte, respectivamente-, corren el riesgo de ser perseguidos judicialmente por sus sucesores que durante sus campañas ofrecieron meterlos a la cárcel.

Los mediocres gobernadores de Aguascalientes, Durango y Tamaulipas –Carlos Lozano, Jorge Herrera y Egidio Torre Cantú, respectivamente- seguramente se irán a sus casas y negocios para nunca volver a ocupar un cargo público.

Otro gran perdedor del 5 de junio es Agustín Basave, el presidente nacional del PRD, si consideramos que ningún perredista ganó una gubernatura. Es más, la mayoría de quienes compitieron sólo bajo los colores de su partido hicieron el ridículo, obteniendo votaciones insignificantes a su favor.

También perdió el dueño de Morena, el Peje López. Ninguno de los candidatos de su propiedad fue capaz de ganar, ni siquiera en Zacatecas, en donde David Monreal recibió todo el apoyo oficial de su partido y el extraoficial de su hermano, el ex gobernador perredista Ricardo Monreal.

Lo que ocurrió el domingo pasado también dejó otros ganadores y perdedores, de quienes comentaré otro día. También modificó el mapa político nacional y transformó el paradigma bajo el cual se analizaban los posibles escenarios para 2018.

RUIZ HEALY  MARGARITA

OTROS GANADORES Y PERDEDORES

Además de los que mencioné en este espacio, el proceso electoral que culminó el pasado domingo tuvo otros ganadores y perdedores.

Entre estos últimos es necesario anotar al ex presidente de la república Felipe Calderón y a su esposa Margarita Zavala de Calderón en vista de que ambos quedaron sumamente debilitados ante el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya. El proyecto que tiene el michoacano de reelegirse a través de su esposa se quedará en solo eso ya que, como ahora se ven las cosas, el casi seguro candidato presidencial panista podría ser el joven maravilla que logró arrebatarle seis gubernaturas al PRI y conservar la que ya tiene su partido. Ningún militante del PAN goza hoy de la fuerza y el prestigio de Anaya, mismos que ganó a pulso al derrotar al priismo como nunca antes nadie había logrado hacerlo.

El gobernador panista de Puebla, Rafael Moreno Valle, también pierde ante el poder e influencia de Anaya y no se ve factible que pueda adquirir la fuerza necesaria para obtener la candidatura presidencial de su partido.

Dentro del PRI, perdieron su presidente nacional Manlio Fabio Beltrones, quien el domingo vio esfumarse sus oportunidades de aspirar a la candidatura presidencial de su partido, y los priistas radicados en los seis estados en donde el PAN le quitó las gubernaturas que hoy están en manos de ladrones, abusadores del poder, frívolos o mediocres.

Ya comenté ayer que otro gran perdedor fueron el PRD y su presidente nacional Agustín Basave. No ganó ningún candidato que compitió exclusivamente bajo los colores perredistas. Es más, en la mayoría de los casos el porcentaje de votación que obtuvieron en los distintos estados fue insignificante: 5% en Aguascalientes, 2% en Chihuahua, 4% en Puebla, 2% en Sinaloa y 1% en Tamaulipas. En Hidalgo su candidato, un cacique ex priista, obtuvo el 14%, y en Tlaxcala, su candidata también ex priista recibió el 30%. En resumen, el PRD solo pudo ganar aliado con el PAN con candidatos priístas y un ex priista y jugar un papel decoroso con dos ex priistas, lo que indica que no hay perredistas capaces de ganar una elección.

Morena corrió con la misma suerte que el PRD. La mayoría de sus candidatos hicieron un pobre papel y este se reflejó en las urnas, recibiendo el 3% de los votos en Aguascalientes, 2% en Chihuahua, 3% en Durango, 7% en Hidalgo, 10% en Puebla, 4% en Sinaloa, 2% en Tamaulipas y 6% en Tlaxcala ( con una candidata ex priista).

RUIZ HEALY  CIRCO....

Ahora bien, habrá quienes digan que en algunos estados los candidatos del partido propiedad del Peje López hicieron un papel relevante, pero cada uno estos casos debe analizarse por separado.

En Oaxaca, donde el candidato de MORENA obtuvo el 23%; en Quintana Roo, donde ganó el 11%, su candidato fue un viejo ex priista. Se dice que en Veracruz, en donde gano el 27%, el impresentable gobernador saliente apoyó el candidato de Morena para gozar de impunidad en el próximo gobierno.

Finalmente, en Zacatecas, otro ex priista, ex perredista, ex petista, obtuvo el 27% gracias a que es hermano de un aun influyente ex gobernador que hoy cobra como delegado en Cuauhtémoc en la Ciudad de México. En resumen: Morena no despegó y sus triunfos obedecieron a causas que no tiene que ver con dicho partido.

El domingo dejó otros perdedores: las empresas encuestadoras y muchos comunicadores que fallamos en nuestras valoraciones. De eso comentaré otro día.

RUIZ HEALY MANLIO

DEMOCRACIA CIRCENSE

Es lamentable el espectáculo que ayer nos dieron los partidos políticos, sus dirigentes, militantes distinguidos y candidatos a algunos de los cargos de elección que ayer estaba en juego.

Por un lado, sin que las autoridades electorales hubieran dado a conocer un sólo resultado de las votaciones, los presidentes del PRI, PAN y PRD declararon los supuestos triunfos de sus candidatos a gobernadores. Ganamos en nueve estados, dio el priista Manlio Fabio Beltrones; vemos posibilidades de triunfo en seis estados, pronosticó el perredista-ex priista Agustín Basave; tres gubernaturas serán nuestras, afirmó el panista Ricardo Anaya. Es decir, de 12 gubernaturas en contienda, estos individuos nos dieron 18 diferentes versiones de los resultados.

De igual manera, basados en sus encuestas de salida o las que publicaron algunos diarios o en sus particulares conteos de actas o, peor aún, en porcentajes ínfimos de los votos contados por los institutos electorales locales e incluidos en sus respectivos programas de resultados electorales preliminares (PREPs), candidatos a una misma gubernatura se declararon los triunfadores de la elección.

Así las cosas, en varios estados del país nadie perdió porque todos ganaron, lo cual a todas luces no solo es absurdo sino ridículo.

El espectáculo que ayer nos ofreció lo más selecto de nuestra clase política fue propio de un circo en el cual todos ellos actuaron como si fueran los payasos del mismo.

En un circo existen payasos que hacen reír al público burlándose de uno o varios de los asistentes. Y a este tipo de payasos emularon ayer nuestros distinguidos políticos, sólo que en vez de hacer reír a muchos a las costillas de pocos se burlaron de todos nosotros para solo reírse ellos mismos.

¿No es burla escuchar a candidatos proclamarse como los ganadores  de la gubernatura de sus respectivos estados alegando que en el PREP aventajaban a sus opositores cuando sólo se había un porcentaje mínimo de los votos?

¿No es una burla el hecho de que un senador panista por Yucatán fuera sorprendido en Quintana Roo cargando cuatro millones de pesos para supuestamente comprar votos a favor de los candidatos de su partido?

¿No es burla el hecho de que siendo casi las 11 de la noche de ayer los resultados electorales fluyeran a cuentagotas en cada uno de los institutos electorales? ¿Para qué sirve la tecnología si se aplica mal?

En fin, la democracia mexicana no pasa aún de ser un espectáculo circense amenizado por payasos que sin el mayor rubor se burlan de los ciudadanos.

Vendrán ahora las impugnaciones, en su mayoría infundadas, para que los payasos sigan burlándose de los votantes y traten de ganar en los tribunales lo que no fueron capaces de ganar en las urnas.

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RUIZ HEALUY BENJAMIN