Ruiz Healy Times : ¿Sobrevivirán los medios impresos?, el tiempo lo dirá


John Kennedy

 

  • En México nueve de cada 10 personas se informan por medio de Facebook, Twitter y Google, según el Digital News Report 2019.
  • En EU dos senadores presentaron su iniciativa de la Ley de Competencia y Conservación del Periodismo.
  • En nuestro país el gobierno federal busca, vía ataques verbales y de otro tipo, someter o provocar desaparición de medios que realizan periodismo crítico.
  • De igual forma, glorifican a los youtuberos y a otros periodistas sociales que sólo los adulan.
  • Duras cifras del INEGI tras realizar Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación 2020.
  • Si el presidente López Obrador realmente desea empezar a mejorar la calidad educativa, debe aceptar que toda la sociedad participe en el esfuerzo.
  • Joe Biden ofreció su primera conferencia de prensa, tres temas fundamentales, la pandemia de COVID-19, migración de centroamericanos a EU vía México y la relación de EU con China.

 

Eduardo Ruiz-Healy

Amy Klobuchar

En Washington, dos senadores (una demócrata y un republicano) y dos representantes (también un demócrata y un republicano) presentaron su iniciativa de la Ley de Competencia y Conservación del Periodismo (Journalism Competition and Preservation Act) que, de ser aprobada, permitirá que las empresas periodísticas puedan negociar colectivamente con plataformas digitales como Google y Facebook.

Al explicar los motivos de su iniciativa, el senador republicano John Kennedy dijo que “los periódicos están enfrascados en una lucha de vida o muerte con gigantes tecnológicos y no es una pelea justa. Google y Facebook no son sólo empresas, son países, y no podemos tolerar que estrangulen a sus competidores de noticias impresas”.

Por su parte, la senadora demócrata Amy Klobuchar explicó que “si queremos preservar una prensa fuerte e independiente, debemos permitir que las organizaciones de noticias negocien en igualdad de condiciones con las grandes empresas de tecnología. Esta ley bipartidista mejorará la calidad de la información y garantizará que los periodistas puedan continuar con su trabajo crítico”.

Casi el 90% de los estadounidenses obtiene sus noticias a través de un celular, computadora o tableta, lo que ha dejado casi sin consumidores a los medios impresos.

Facebook y Google les han arrebatado a los medios tradicionales la mayor parte del mercado publicitario, lo que ha causado el cierre de 1800 periódicos desde 2014 y la consolidación de la industria de las noticias en unas cuantas empresas que solo están interesadas en la rentabilidad de sus negocios y no en informar a quienes viven en ciudades medianas y pequeñas.

1700 de los periódicos que cerraron eran semanarios que reportaban los sucesos en sus comunidades, las que ahora no tienen forma de enterarse de lo que hacen sus gobiernos, escuelas o negocios locales.

De aprobarse la ley, las empresas periodísticas tendrán 48 meses para negociar en bloque una nueva relación con las plataformas para obtener cientos de millones de dólares por concepto de suscripciones y publicidad. Esto, idealmente, protegerá y preservará el derecho a la información de calidad de los estadounidenses.

Alto número de personas se informan vía internet

¿Es demasiado tarde para salvar a los medios impresos?

El tiempo nos lo dirá.

Las plataformas tecnológicas no sólo han perjudicado a los periódicos de Estados Unidos sino a los de casi todos los países.

En nuestro país, nueve de cada 10 personas se informan por medio de Facebook, Twitter y Google, de acuerdo con el Digital News Report 2019 del Reuters Institute de la Universidad de Oxford, lo que ha causado que muchos periódicos desaparezcan, otros adelgacen sus ejemplares y reduzcan su personal y cada vez tengan menos ingresos por concepto de circulación y publicidad (sobre todo de la gubernamental, que mantenía a muchos de ellos).

Mientras que en EEUU el Congreso intenta salvar a los periódicos, en México el gobierno federal y muchos estatales buscan, por medio de ataques verbales y de otro tipo, someter o provocar la desaparición de aquellos medios que realizan un periodismo crítico; al mismo tiempo, glorifican a los youtuberos y a otros periodistas sociales que sólo los adulan.

¿Sobrevivirán los medios impresos independientes en nuestro país?

El tiempo lo dirá.

 

AMLO DEBE INCORPORAR A TODOS

PARA ELEVAR CALIDAD EDUCATIVA

 

“33.6 millones de personas entre los 3 y 29 años estuvieron inscritas en el ciclo escolar 2019-2020 (…) 740 mil no concluyeron el ciclo escolar: 58.9% por alguna razón asociada a la COVID-19 y 8.9% por falta de dinero o recursos”.

Por los mismos dos motivos no se inscribieron 5.2 millones al ciclo 2020-2021.

“Sobre los motivos asociados a la COVID-19 para no inscribirse en el ciclo 2020-2021, 26.6% considera que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3% señala que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, 21.9% carece de computadora, otros dispositivo o conexión de internet”.

Así resumió el INEGI el martes pasado los resultados de su Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación 2020.

Los números corroboran lo que muchos dijimos desde que se suspendieron, en marzo del año pasado, las clases presenciales: que ningún método improvisado de enseñanza a distancia serviría para suplir la educación que millones de niños y jóvenes recibían en las aulas.

Y los métodos fueron improvisados, en México y alrededor del mundo, porque nadie esperaba, cuando empezó, que la pandemia fuera tan devastadora y de larga duración.

Que 5 millones 940 mil  personas hayan desertado durante los dos más recientes ciclos escolares y que la mayoría de los estudiantes haya recibido una muy deficiente enseñanza a distancia, seguramente colocará a nuestro país en un peor lugar en el ranking mundial educativo, medido por los resultados del examen que cada tres años aplica el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos (OCDE), a cientos de miles de niños de 15 años alrededor del mundo, México incluido.

El examen PISA más reciente se aplicó durante 2018 a unos 600 000 estudiantes en 79 países y los resultados se publicaron en diciembre de 2019. Por la pandemia no pudo realizarse en 2021 y la OCDE asegura que el reporte correspondiente a ese año utilizará otra metodología para medir el desempeño de los quinceañeros.

El sistema educativo nacional no ha proporcionado educación de calidad desde hace décadas, como lo corroboran los resultados PISA que se han aplicado de 2000 a 2018.

El presidente Andrés Manuel López Obrador

En 2018, los estudiantes mexicanos promediaron 420 puntos en habilidad lectora, 409 en matemáticas y 419 en ciencias, por debajo de los promedios obtenidos por los países de la OCDE, a la que México pertenece, que fueron 487, 489 y 489 puntos respectivamente.

Lo peor del caso es que, salvo matemáticas, los puntos de los mexicanos en 2000 fueron superiores a los obtenidos en 2018:  Habilidad lectora (422 vs 420), matemáticas (387 vs 409) y ciencias (422 vs 419). En el caso de matemáticas, los 409 puntos fueron menos que los 419 obtenidos en 2009; es decir, retroceso total y aún sin pandemia.

Si el presidente Andrés Manuel López Obrador realmente desea empezar a mejorar la calidad educativa, debe aceptar que toda la sociedad participe en el esfuerzo. Si, como insiste en hacerlo él en otras áreas, ignora al sector privado, estará condenando a millones de niños, jóvenes y adultos jóvenes a la pobreza en que viven la mayoría de quienes han recibido una educación mediocre.

La educación nos atañe a todos, no sólo a los burócratas del sector educativo.

UNA NUEVA ENCUESTA PARA SABER

CÓMO SERÁ LA NUEVA NORMALIDAD

 

El 14 de agosto pasado comenté aquí los resultados de una encuesta que The Conference Board realizó entre poco más de 1300 altos ejecutivos alrededor del mundo con el fin de conocer sus opiniones sobre el impacto que a largo plazo tendrá la pandemia de COVID-19.

Esta encuesta indicó que los ejecutivos opinaban que, para sobrevivir y progresar en la nueva realidad, las empresas debían transformarse profundamente y que no iban a parecerse mucho a lo que eran antes de la pandemia.

Ayer se difundieron los resultados de una encuesta para saber cómo los directores generales (CEOs) de las empresas más influyentes del mundo están planificando el regreso a la llamada nueva normalidad.

El estudio, que fue realizado en febrero y marzo por KPMG International (una de las cuatro grandes empresas de contabilidad del mundo), le preguntó a los CEOs de 500 empresas globales sobre “su respuesta a la pandemia y las perspectivas para los siguientes tres años”.

El reporte anota que “los CEOs están planeando cómo será el regreso a la ‘normalidad’, pero la falta de acceso de su fuerza laboral a una vacuna COVID-19 los está obligando a repensar sus estrategias. Sólo un 31% anticipa un regreso a la normalidad en 2021 y 45% espera que la normalidad se reanude en 2022 (…) el 24% dice que su negocio ha cambiado para siempre”.

Más adelante, el reporte dice que “La seguridad de su personal domina los planes de los CEOs para operar en el nuevo panorama empresarial (…) 21% de las empresas les preguntarán si han sido vacunados a los clientes y visitantes de sus instalaciones (…) 26% planea reducir los viajes internacionales hasta que concluya la pandemia (…) 17% dice que reducirá el tamaño de las instalaciones físicas de su empresa, porcentaje menor al 69% que en agosto de 2020 dijo que lo haría (…) 30% tendrá una mayoría de empleados trabajando de forma remota entre 2 y 3 días a la semana”.

Los CEOs tienen sentimientos encontrados en cuanto a los próximos tres años y sienten “un poco más de confianza en su empresa, sector y país que el año pasado” pero, por otro lado, su confianza en la economía global “está en su nivel más bajo desde 2017”.

A la pregunta “¿Cuál de los siguientes riesgos representa la mayor amenaza para el crecimiento de su organización durante los próximos tres años?”, ocupó el primer lugar, con 18% de las respuestas, el riesgo para la ciberseguridad, seguido por riesgos fiscales y regulatorios (14% cada uno) y, en tercer lugar, con 12% de las respuestas, riesgos en la cadena de suministros. Esto significa que los CEOs opinan que la mayor digitalización de sus empresas las hará blancos de hackers y ciberterroristas, que los gobiernos podrían incrementar los impuestos corporativos e imponer nuevas reglas medioambientales y que la inestabilidad política generada por la pandemia podría afectar a sus proveedores.

El estudio concluye que “Aunque pocos líderes empresariales anticipan un rápido regreso a la normalidad, tienen una sólida comprensión de los requisitos para restaurarla en la forma en que trabajan. También tienen una visión clara de las acciones necesarias para reafirmar su competitividad en un mercado que cambió para siempre…”.

Habrá que ver qué nos dicen otras encuestas, pero la nueva normalidad no será muy normal.

BIDEN HABLÓ DEL COVID, LA

MIGRACIÓN VÍA MÉXICO Y CHINA

Por fin, el presidente estadounidense Joe Biden ofreció ayer su primera conferencia de prensa. Según algunos analistas, sus asesores habían pospuesto el evento por miedo a que su jefe cometiera una más de sus ya legendarias metidas de pata verbales.

Yo vi la conferencia y observé a un hombre de 78 años que está en pleno uso y control de sus facultades mentales y verbales, y sus respuestas fueron claras y sin rodeos. Cuando no quiso contestar alguna pregunta explicó por qué sin que nadie, aparentemente, lo tomara a mal.

Educación a distancia ¿Y el internet?

De los varios temas que se aludieron en el evento, tres me llamaron la atención porque influyen sobre la realidad mexicana: la pandemia de COVID-19, la migración de centroamericanos a Estados Unidos vía México, y la relación de EEUU con China.

Para empezar, fijó en 200 millones de dosis su objetivo de vacunas contra el COVID-19, que es dos veces la meta que ofreció alcanzar durante sus primeros 100 días de gobierno. Con un promedio diario de 2.5 millones de dosis aplicadas, no es difícil que lo logre el 30 de abril, lo cual permitirá a EEUU crecer, tal vez hasta un 7% este año, lo que significará un mayor mercado para las exportaciones mexicanas, más dinero disponible en los bolsillos de los paisanos allá y por lo tanto un aumento de las remesas y, muy probablemente, un incremento en el número de turistas a nuestro país.

El tema migratorio fue uno de los que más acaparó la atención de los periodistas.

Biden negó que la llegada de tantos centroamericanos a su país se deba a que él sea un “buen tipo” y aseguró que las autoridades migratorias están aumentando su estructura que “Trump desmanteló” para atender a los migrantes y aceptó que va a tomar tiempo corregir la situación.

Anunció que las instalaciones de Fort Bliss en El Paso (Texas) están adecuándose para recibir pronto a 1000 personas que estarán ahí sin privaciones.

Fue enfático al decir que no permitirá que niños “se mueran de hambre” y “se queden del otro lado” de la frontera, es decir, en México, y que está “deshaciendo la política de separar a los niños de sus madres” que aplicó Trump y que no se disculpa por ello.

Respecto a las relaciones de su país con China, calificó al presidente Xi Jinping como un “tipo inteligente” que “no tiene un hueso democrático en su cuerpo” y que, al igual que Vladimir Putin, cree que los regímenes autoritarios son superiores a los democráticos para resolver los complejos problemas de la actualidad. Dijo que dejó varias cosas claras a Xi en su llamada telefónica de dos horas: que EEUU “no busca la confrontación, aunque sabemos que habrá una competencia muy fuerte”,  que “tendremos una fuerte competencia, pero insistiremos en que China cumpla con las reglas internacionales esenciales”, que “EEUU competirá eficazmente contra China invirtiendo en los trabajadores y la ciencia estadounidenses”. Enfatizó que durante su presidencia, China no tomará el lugar de EEUU como el país más rico y poderoso del mundo.

En una parte de su conferencia anunció que espera buscar la reelección en 2025 con Kamala Harris como su compañera de fórmula.

Corea del Norte, Afganistán y los esfuerzos republicanos para privar del voto a las minorías fueron otros temas que se abordaron en el evento.

 

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