Quintero en su Tinta


La doble Moral de Cué Monteagudo

Patología de un gobernante

Mentiras, fracasos, farsas, comparsas y engaños,  ejes de su gobierno

Antonio Quintero

¿CUÉ, ENFERMO DE PODER?

La doble moral que lleva Gabino Cué Monteagudo en sus hombros  es la misma en su discurso, es decir en su actuar lleva y conduce  el doble lenguaje que ha enaltecido a lo largo y ancho de su gobierno, esto habla de que como buen priista que fue, aprendió perfectamente a imitar, actuar y conducirse con una doble moral y por supuesto con un destacado  doble lenguaje.

Analizar el gobierno de Cué Monteagudo nos remonta a descubrir en lo que va de su gobierno toda una serie de datos, estadísticas y registros de lo que presume un gobierno  y también contradictoriamente de lo que ha dejado de hacer.

Y no es descubrir el hilo negro, simplemente es sencillo,  observar cómo todos esos personajes de la vida pública-política, se comportan, se transforman, decaen,  y van pudriendo todo lo que tocan, interfieren en la vida social, trastocan intereses comunes, destruyen pero que lamentablemente llegan a través del voto ciudadano, e irónicamente olvidan todo.

 

OLVIDAN PROMESAS Y COMPROMISOS DE CAMPAÑA

Se enferman de poder, alucinan,  y entorpecen lo que llegan a entender, se pierde por completo el origen de gobernabilidad, y gobiernan a modo de sus intereses, al diseño de sus secuaces asesores, de sus amigos. Muy atrás quedaron aquellos compromisos, aquellas palabras convincentes cuando eran los tiernos candidatos, cuando buscaban llegar a la gubernatura.

En esos años pobres para Gabino Cué Monteagudo eran los mismos como la pobreza de su pueblo, de sus regiones, de sus comunidades, Gabino Cué como candidato se encontraba casi a la misma altura de sus ciudadanos oaxaqueños, es decir Gabino Cué en el marco de su campaña política llegaba a algunos municipios y se paraba en algunos parques públicos o rincones de algún lugar para “ofrecer  su discurso de campaña política”, lo realizaba en esos lugares porque ahí gobernaban presidentes priístas y no le daban permiso para su mítines  de campaña.

QUINTERO   SERGIO HERNANDEZ

LA DOBLE CARA DE CUÉ MONTEAGUDO

Gabino Cué Monteagudo llegaba  a esos rincones -al parecer disfrazado de humildad, de paciencia, de sumisión y recato-,  algunas de las virtudes con las que un ser humano nace y se desenvuelve en los diversos campos políticos y sociales a lo largo de su vida. Ahí destacaba en el marco de sus discursos la honestidad, la justicia, el desinterés, la austeridad, rectitud y conciencia, era un mar de grandes virtudes y principios que sin lugar a dudas impulsaría Cué Monteagudo cuando lograra ganar la gubernatura  de Oaxaca.

 

GABINO Y LOS FELICES DE LA FIESTA

Pero todo eso era falso de toda falsedad, como indica la vox populi o nuestras grandes joyas político-literarias-,  esas grandes moralidades y un dechado de virtudes del mozalbete Cué Monteagudo eran sólo eso; la falsedad, el verdadero estuche de monerías de un  gobierno que aprendió de la calamidad y penuria de su propio pueblo.

El atraso social, económico, educativo, y de ahí todos los diversos canceres que ha padecido la población oaxaqueña, parecen no tener ninguna cura, sus padecimientos son irreversibles, las enfermedades ya declaradas son en fase terminal: Así que en estos casi seis años del gobierno gabinista, todos esos  males se recrudecieron, pareciera que el gobierno se convirtió en una secretaría de salud, pues nunca encontró solución, respuestas, y sobre todo ni siquiera el diagnóstico a las miles de complejidades de las comunidades oaxaqueñas.

QUINTERO, NO QUIERO RECIBIRLOS, NI LOS VEO....

SECRETARÍAS, SINÓNIMO DE CUEVA DE LADRONES

Pero para el gobierno gabinista todo es éxito, para los empleados, burócratas, asalariados, y todo aquel que percibe una cantidad económica extraída de las finanzas públicas, es la felicidad completa o a medias,  así se traslucen en todos los boletines que se reproducen por medios de comunicación, para ofrecer la imagen del buen gobierno, “generando bienestar”. El gobierno atiende, favorece, avanza…  los clásicos.

Es el estuche de monerías que tenemos como aprendiz de gobernante, dejando estela de ingobernabilidad, de corrupción y nula transparencia en cada una de sus dependencias pero por si hay duda; Salud, Sinfra, Sevitra, Sspo, Sedesoh,Cao, Finanzas, y todas las demás. No ha habido dependencia pública que se haya salvado o por lo menos defendido de la atroz y despiadada desmantelación y corrupción del grupo de Toby  que ha co-gobernado a Oaxaca.

 

NI  LOS VEO NI LOS OIGO: GABINO CUÉ

En un  régimen autoritario y ejecutor, el jefe o comandante supremo es quien lo promueve, lo construye, es el autor intelectual de todo lo que rodea a su círculo de poder, hoy, en este caso Gabino Cué Monteagudo se ha convertido o se ha quitado ese disfraz que lo mantuvo envuelto  para obtener la gubernatura, y pudo finalmente ser él.

Dejó a un lado todos esos “adornos democratizadores”, que lo llevaron a conquistar a una población sedienta de justicia,  y de reclamos sociales, se hizo un gobernante pedante, soberbio, extravagante y vanidoso, pero sobre todo como lo hemos venido señalando aquí la pobreza y miseria del pueblo lo catapultó a las miles de fantasías del poder mismo. Lucrando efectivamente con la propia pobreza de su pueblo, lo hizo cuando fue candidato de manera sutil, para obtener la candidatura por segunda vez, y lo ratificó ahora como gobernante, como un virrey en la época de la corona española.

Por un capricho y deseo llamado Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), se peleó con organizaciones ambientalistas y sociales, ahí se desprendió la lucha encarnizada por dicha construcción e hizo patente sus acciones viscerales contra el pintor juchiteco Francisco Toledo y ahora recientemente contra el pintor Sergio Hernández. Dos pintores de talla internacional. De tal modo que Cué enfatiza su cólera contra la cultura. No hay otra lectura.

 quintero la casa de gabino

MANSIÓN CON  DOBLE COLOR

La mágica y fantasiosa residencia de Cué  Monteagudo, o la dichosa mansión de siete millones de dólares publicada la semana pasada en el diario Reforma, donde se explicó con detalles de la construcción y acabados de lujo orientadas por el gusto de Gabino Cué  Monteagudo ya como gobernador y que en esa investigación lo señalaban como propietario absoluto de dicha residencia hoy de nuevo se traslucen los dobles lenguajes del Virrey de Oaxaca aludiendo ahora que son de sus familiares.

La fuerte sacudida a nivel nacional que sufrió Cué Monteagudo no lo ha podido digerir y su imagen por los suelos y sin embargo se aferra a decir que demandará al pintor Sergio Hernández de haber denunciado ser propietario de “casas blancas” en diferentes puntos. En la ola de contradicciones ahora señala que esa mansión es de alguno de sus familiares.

Si la residencia o mansión que fue construida en el fraccionamiento Puente de Piedra es de alguno de sus familiares, porque se le otorgaron seis contratos por asignación directa, desde el propio gobierno gabinista, en los años 2011 y 2012.

Por supuesto que no es nada nuevo todos los lujos que le persuaden a Gabino Cué, su egocentrismo, su jactancia, porque ahora como gobernador observa a sus ciudadanos hacía abajo, con esa indiferencia, la doble moral, el doble lenguaje han sido los sellos característicos de su personalidad, y que la ha llevado al extremo de su gobierno, han podido fabricar miles de mentiras, en boletines grotescos.

Que decir de sus audiencias públicas, luego de saludar al pueblo que cree todavía en él, y que se da cita en dichas audiencias, el fastuoso gobernador se lava las manos con gel, para desinfectarse, para quitarse el sudor de esas manos que saluda. Ese es el demócrata, que llegó a gobernar a una entidad sumida en su miseria, abandono y extrema pobreza, aquel que olvidó todo, que solo utilizó los lineamientos sociales que ahora son atropellados por su propio gobierno.

Y luego encaramado persiste en su bonanza de populista, equivocó el camino rotundamente, aprendió a gobernar en la simulación pero recordemos que desde su campaña, desde sus inicios como político priista, y luego como senador, Gabino Cué Monteagudo fue fiel a la adulación y desde el poder lo encumbraron, lo vistieron de gloria por haberle ganado al priismo de más de noventa años de permanencia. Ese es un simple éxito que no pudo transformar en el éxito de todos los oaxaqueños… La visión del simple y común observador ciudadano de todos los errores y horrores de un gobierno simulador… Como los gobernadores actuales de otras entidades… El doble lenguaje de Gabino Cué se ha patentizado… Y también su doble moral… Hasta la próxima!