Rodrigo Villar
Alfonso Romo es un empresario, sin duda, visionario, tan visionario que llegó al sitio donde aún se encuentra, en el núcleo del poder político: el entorno del presidente de la República. Es un hombre con fortuna, suerte, y nadie le regatea capacidad notable por trabajar.
Nació en la Ciudad de México, pero su desarrollo empresarial lo despuntó en Monterrey. En esa ciudad aprendió de notables hombres del poder económico, se acercó y aprendió de ellos. Años después desdobló las enseñanzas que recibió, se acercó con mucha habilidad a Andrés Manuel López Obrador, quien le abrió las puertas de su confianza, y de la mano con su riqueza, Romo, se instaló en medio del torbellino político electoral que en 2018 conquistó con furia el poder.
Hoy el empresario que ha conformado un emporio al abrigo del gobierno lopezobradorista, se va alejando del presidente, quizá, porque forma parte de su ADN, que lo ubica en el sitio de aquellos que no tienen amigos, tienen intereses.
Veamos quien es este personaje, para entender su proceder en la política, y en su relación de interés con el actual presidente. No hay que perder de vista que el empresario ha visto pasar muy de cerca de presidentes como Carlos Salinas de Gortari y Vicente Fox Quesada.
El ingeniero Romo nació en la Ciudad de México. Y dice tener legado de dos personajes relevantes en el proceso de Revolución Mexicana. Sería sobrino-bisnieto de Francisco Indalecio Madero, y bisnieto de Gustavo A. Madero integrantes de una poderosa familia de terratenientes en el declive del siglo XIX y principio del XX.
Durante su adolescencia asistió al Instituto Patria, una escuela primaria, secundaria y preparatoria que aún administrada por los jesuitas (Compañía de Jesús). En esa época su familia se trasladó a Monterrey, donde tiempo después se graduó en el TEC de Monterrey, como ingeniero agrícola y años más tarde realizó estudios de posgrado en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).
Con el paso del tiempo, también se retiró de su inicial formación jesuita, con tendencia a la teología se la liberación, y cambio su vínculo religioso a un ala radical, concentrada en el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. También en esa época se relacionó con Pedro Aspe Armella, quien fue el flamante secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas, y el ingeniero Romo -en un acto de congruencia que se agradece- sigue sosteniendo que sí lo liga una amistad estrecha con uno de los propietarios de Internet a quien visita cada tres meses.
Tan brillante es la estrella de Alfonso Romo que también contrajo matrimonio con Maca Garza Lagüera, hija del empresario Alejandro Garza Lagüera, entrando de lleno al grupo poderoso de la familia Garza Sada.
Desde 1987 el ascenso empresarial de Romo fue imparable. Entonces adquirió la cigarrera La Moderna. Cuatro años después en 1991 dio forma al conglomerado financiero Pulsar Internacional, que incluía una compañía de seguros y corretaje de valores, y poco después sus actividades se expandieron a la biotecnología y la producción de semillas.
No pasaron muchos años, para que en medio de su consolidación empresarial se desprendiera de su compañía de producción de semillas, conocida como Seminis, para entregarla a la poderosa trasnacional Monsanto, mientras que en 1997 vendió la cigarrera a British American Tobacco.
Como cabeza de una familia con un vasto poder económico y financiero, también gusta de los “deportes” caros o para ricos. Fue representante de México en los juegos olímpicos de Atlanta y en los que se celebraron en Sidney, Australia en 2000.
Romo También fue muy apreciado por Vicente Fox Quesada. Apoyo con muchos recursos la campaña presidencial de éste, y como premio y compensación se le colocó como el respaldo empresarial del Plan Puebla-Panamá.
En el año 2005, en un escándalo fue destituido en una asamblea de accionistas realizada, en la acera, fuera de las oficinas del Grupo Savia. En 2006, declaró que fue invitado por el gobierno panista a participar en la campaña de desprestigio contra Andrés Manuel López Obrador, sin aceptar tan condición.
De ahí nació una relación de interés, porque de amistad no tiene mucho.