Rodrigo Villar.
A pesar de los pesares de los de adentro, de los que hoy se dicen amigos y fieles respaldos al candidato, y a pesar de los de afuera, de los que se declaran como adversarios irrencociliables y enemigos acerrimos, la campaña de Alejandro Murat Hinojosa está marchando conforme al dinamismo e inteligencia de este jóven político.
Los ladinos abundan, los aoportunistas los multiplican, y los traidores, esos, se parapetan en promesas de respaldo incondicional, que en el momento oportuno revierten para herir la confianza de aquel que es objeto de su ominoso “respaldo”.
Hace unos días fui a la Ciudad de México para resolver un asunto laboral. Después de solucionar mi problema, quedé de ver a un viejo y honesto amigo que hoy trabaja en la oficina central del PRI nacional. La que se encuentra por el rumbo de la avenida insurgentes norte.
Nos quedamos de ver en el Samborns que se ubica enfrente de la avenida principal, y puntual como siempre ha sido llegó al lugar de la cita. Mi amigo hoy se desempeña en una importante oficina de la presidencia priísta y dispone de muy buena información sobre los procesos electorales que ya se encuentran en proceso.
A sabiendas de eso yo trate de obtener información sobre la visión que tiene su partido, el PRI, de la elección en Oaxaca. Mi amigo, fue renuente me dijo que era muy favorable el análisis de la campaña de Alejandro, que él por su juventud, su experiencia en labores de gobierno, y su amplio curriculum académico, es el mejor candidato de cuantos se postularon por el PRI.
Este amigo del PRI, me platico generalidades del resto de los procesos electorales en el país. Reconoció sobre todo que para su partido las cosas se encuentran difíciles en Veracruz y Quintana Roo, estados donde los priístas mismos, no tienen una buena imagen, al contrario, es pésima de los gobernadores Javier Duarte de Ochoa y Roberto Borge.
Pero regresemos al proceso en Oaxaca, dada la importancia le insistí en que me abundara en lo que la dirección nacional del PRI observa de la campaña de Alejandro. Y con seguridad, la misma seguridad de aquel que viene haciendo su trabajo para obtener frutos, me dijo: “Vamos a recuperar Oaxaca, no tenemos duda, Alejandro es un candidato que va para adelante, la estructura del partido esta aceitada, y como un pilar fundamental, detrás de él se encuentra el trabajo comprometido y tangible, de su esposa. Nosotros estamos enfocados en que Oaxaca regrese a ser gobernada por el PRI, porque tu estado tiene en él (Alejandro) la mejor opción”.
Sus palabras, confirmaron lo que en este espacio se ha escrito. Me dijo que en este proceso electoral, el resto de los candidatos, a excepción de Alejandro, cumplen la tarea de preservar los mas expurios intereses de grupo, partido y personales. Los opositores al abandero del PRI carecen de la experiencia y talento de éste. El fue un notable estudiante, amigo del premio nóbel de Economía, Joseph Stiglitz, ejerció diversos cargos de gobierno en el Estado de México, en el gobierno federal estuvo a cargo del Infonavit, una institución que administró más de 110 mil millones de pesos, y sus resultados fueron impecables.
Tan buena imagen del candidato del PRI, proveniente desde el mismo PRI nacional, significa algo. Significa que por si mismo Alejandro se presenta como la mejor opción.
Y afirmo esto porque, ni siquiera lo conozco personalmente, nunca he cruzado palabra con él.
Pero lo que si puedo asegurar es que no esta en esta difícil tarea electoral por afanes de lucro, se sabe que es un hombre que vive con holgura, que no va a robar, no hacer de Oaxaca un botín. Por eso yo lo considero la mejor opción, sobre todo cuando lo vemos en imágenes, leemos sus discursos y siempre va para adelante, por sus objetivos como le heredaron sus mayores.
No obstante, como señalaremos en la próxima entrega, de quien se debe tener cuidado, no solo es de los adversarios de fuera, los que, como aves de rapiña, están a la espera de errores de conducción, para emprenderla contra Alejandro.
Es necesario que no se olviden los que están adentro, capaces de todo, por descarrilar un proyecto que tiene el respaldo más sólido desde el PRI y el gobierno federal.
Fin.