Política Inconfesable: El fondo de los debates


Rodrigo Villar

  Iniciaron los debates.

En una esquina, la alternativa de cambio, y en la otra la prosecución de un proyecto que ha dejado postrado a nuestro estado en los últimos seis años.

Tenemos a Alejandro Murat, en la batalla diaria por recorrer el estado, ofreciéndonos una propuesta técnica, que viene de quien sí sabe aplicar políticas públicas en beneficio de los más desprotegidos.

Él sostiene con argumentos que aún es posible cambiarle de rostro a Oaxaca, que tenemos en nuestras manos la posibilidad de descorrer el manto ominoso que nos cubre con falsas promesas, demagogia y una enorme dosis de cinismo elaboradas por Gabino Cue y sus dos candidatos: José Antonio Estefan Garfias y Benjamín Robles Montoya.

El hecho concreto es que estos dos personajes defienden los mismos intereses, el mismo proyecto político y económico, y aunque uno de ellos (Robles Montoya) se diga defenestrado y por tanto alejado de su jefe político, la relación que sostiene con el gobernador es indisoluble, porque se trata de complicidad.

Y lo mismo José Antonio  Estefan Garfías. El tiene una deuda, si no de sangre, como la que tiene Robles Montoya con Gabino Cue, mantiene político y pecuniario con éste.

Es decir, entre los candidatos de la inexplicable alianza PAN-PRD, ese amasijo de complicidades y podredumbre, y el dizque independiente Robles Montoya, no hay para donde hacerse.

Representan, lo repito, lo mismo, lo peor que los oaxaqueños hemos tolerado con nuestro silencio y la incapacidad de movilizarnos frente a la las injusticias que comete el gobierno de Gabino Cue, que hace y deshace sin que nadie lo frene.

Como he señalado desde este espacio tenemos los gobernantes que nos merecemos. Y peor aún, anda sueltos en otros espacios, un grupito de delincuentes políticos vividores que se posarán sobre los restos de las victimas electorales del actual proceso como aves de rapiña festinando la derrota del adversario.

INCONFESABLE JOSE A. ESTEFAN

Como sociedad nos  encontramos en la indefensión política y económica. El proceso electoral en Oaxaca ha vivido un fenómeno de introspección pues poco se sabe de él a nivel nacional. Parece que no existimos para el resto del país, y lo contrario somos de vital importancia electoral para balancear las preferencias que se decantarán en el año 2018.

Así, con debates de los que habremos de descubrir el talento, comienza la segunda etapa de la elección para gobernador en Oaxaca.

Esto es muy significativo porque lo que necesitamos en Oaxaca son propuestas reales, que terminen por concretarse. Ya no queremos sueños de opio. Estamos cansados, fastidiados de tanto incumplimiento, como bien lo interpretó el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuando acepto que los mexicanos estamos descontentos con los que vemos y vivimos a diario.

Razón no le faltó porque, si de algo estamos seguros es que ya no queremos a los farsantes en el poder. Esos que llegan al gobierno prometiendo lo más inaudito, y después se encierran en sus cuatro paredes, temerosos de la ira del pueblo porque no cumplieron.

Esa historia ya no. Pero observo que José Antonio Estefan Garfías, el priísta con careta de perredista, y Benjamín Robles Montoya otro tránsfuga del priísmo, convertido en un vividor del triunfo electoral de Gabino Cue quien lo hizo senador, nos traerían una ápoca, aún más oscura y nefasta.

Y mi dicho no es una simple denuncia, tenemos que ambos forman parte de la peor tradición de corrupción en la actual Oaxaca. Ambos formaron parte de la decisiones más cuestionadas y abominables de Gabino Cue, quien los utilizó como sus peones para moverse en este proceso electoral.

No nos equivoquemos, el escenario electoral para el señor gobernador, Don Gabino Cue, se descompuso cuando Alejandro Murat se ganó con empeño propio el respaldo unánime de los priístas para convertirse en candidato a la gubernatura.

Alejandro tiene tras de sí el respaldo de su partido para hacerse del triunfo electoral. Y esta no es una concesión gratuita. Por sí ha llegado hasta el sitio en que se encuentra en el terreno político. No hay más que decir que, sin conocerle, sabrá colocar las bases sólidas para impulsarnos hacia un estadio mejor.

No obstante, habrá de observar en estas próximas semanas, las acciones y decisiones que tome Gabino Cue para decantarse por José Antonio o Benjamín, con objeto de ganar la gubernatura. Dependiendo de quién de los dos este mejor posicionado en las famosas encuestas

Con esto, amable lector, le auguro que hay que esperar el coletazo del dinosauro, llamado poder desde el gobierno de Oaxaca.

INCONFESABLE BENJAMIN ROBLES