Pandemia, confinamiento y violencia de género… el hogar puede volverse un infierno


Exhortos al confinamiento

Vilma Ivette Rivera Abarca

Niños en confinamiento

En esta atípica realidad en que la gran mayoría de las personas hemos tenido que modificar nuestras actividades, hábitos, entre otras muchas cosas, para algunos ha sido fácil para otros no tanto, porque el hecho de permanecer en confinamiento obligado no es una situación que favorezca a la psique, al contrario.

La actual pandemia ocasionada por el virus Sars-Cov-2 que provoca la enfermedad de COVID-19, contra la que el mundo se enfrenta en estos momentos, ha generado una diversidad de situaciones negativas, además de los lamentables fallecimientos de familiares, amigos o conocidos.

Entre las situaciones que ha desencadenado esta problemática se encuentra la violencia doméstica y de género que cierta parte de la población ha enfrentado en estos casi diez meses de aislamiento desde que inició esta enfermedad en México.

Por lo anterior, debemos conocer conocimiento lo que es y significa el término violencia: se considera violencia a  “toda conducta o amenaza que se realiza de manera consiente y que causa daño físico, psicológico, sexual ó económico”(http://www.imss.gob.mx/salud-en-linea/violencia-genero) .

El trabajo en casa

Al tomar en cuenta lo anterior, podemos definir la violencia doméstica como “el acto en el cual se abusa del poder para dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a una persona, dentro o fuera del domicilio familiar, sea o haya sido pariente o cónyuge” .(https://embamex.sre.gob.mx/alemania/index.php/es/proteccion-consular/violencia-domestica)

En este contexto, es indispensable conocer lo que significa entonces la violencia de género, definida como “todo acto de agresión que ejerce un sexo hacia el otro, es decir, hombre hacia mujer o mujer hacia hombre.” (Organización Panamericana de la Salud. Violencia contra la mujer [Internet]. 2017 [cited 2020 Jul 19].

La Norma Oficial Mexicana NOM-046, consensuada por el Diario Oficial de la Federación, acerca de la “Violencia familiar”, habla de algunos datos médicos que deben tomarse en cuenta en esta definición.

Así, dentro de los indicadores de violencia física se encuentra cualquier evidencia que corresponda a: “lesiones o heridas, recientes o antiguas, con y sin evidencia clínica o mediante auxiliares diagnósticos, en ausencia de enfermedades preexistentes”, como moretones, raspaduras, cortaduras, fracturas, quemaduras, luxaciones, lesiones musculares, golpes en la región de la cabeza, en la cara, etcétera.

Se entenderá por indicadores de violencia física a cualquier “síntoma y signo indicativo de alteración a nivel del área psicológica; autoestima baja, sentimientos de miedo, de ira, de vulnerabilidad, de tristeza, de humillación, de desesperación, entre otros”.

Féminas a la defensiva

Lo anterior es de gran relevancia, porque podemos observar que la definición de violencia doméstica incluye nuestro hogar que, sin duda, en la gran mayoría de las ocasiones “debería” ser un recinto donde podemos sentirnos seguros, protegidos e incluso felices.

Sin embargo, esto no representa la verdad absoluta para todas las personas, pues existe la otra cara de la moneda en la que, para algunos, el hogar representa un lugar de miedo, preocupación, incertidumbre, desesperanza e infelicidad.

La presencia de este tipo de situaciones no es algo nuevo. Uno de los resultados originados por los tiempos que vivimos debido a la actual pandemia por COVID-19, es el incremento de la percepción en la violencia doméstica  y de género, puesto que estas pueden aparecer de la nada o hacerse más notorias, inclusive en aquellos ambientes que consideramos más estables.

VIOLENCIA DE GÉNERO, PARTE

DE LA SUBCULTURA MEXICANA

Sin embargo, en México, no es una situación que se haya establecido debido a la situación del confinamiento en la que el mundo entero se encuentra, es más bien un hecho agravado por la necesidad de permanecer en casa.

Considerando lo anterior, una de las situaciones que más ha destacado durante esta pandemia es la violencia de género, principalmente frente a las mujeres.

Debemos recordar que lamentablemente nuestro país es uno en el que aún en estos tiempos existen diversas creencias, culturas o situaciones que llevan a cierta parte de la población a discriminar a la mujer, no tomar en cuenta su opinión y en muchas ocasiones violar sus derechos e integridad.

Confinamiento: cercanía del agresor

También en estos tiempos se cuenta con la otra cara de la moneda, la cual es la presencia de organizaciones y ciertos actores, tanto públicos como políticos, que han aparecido a escena a favor de defender y respetar los derechos, la integridad y la autonomía de las mujeres.

Estas acciones llevan a que cada vez más las mujeres incrementen su participación en la sociedad y en las decisiones del país, ya que cuentan con la posibilidad de ocupar puestos importantes de la sociedad y la política para que la violencia doméstica y de género puedan tomar un nuevo rumbo hacia la disminución de esta problemática.

Sin embargo, lo anterior se ha visto opacado por el aumento de casos de violencia tanto doméstica y de género durante esta pandemia.

Existe una variedad de causas que han originado estas acciones. Entre las más importantes se encuentran el aislamiento, el estrés, la incertidumbre, las barreras que dificultan la solicitud de ayuda y la denuncia a las autoridades.

Con lo anterior no buscamos ignorar las leyes de aislamiento o distanciamiento social que padecemos en la actualidad, porque al explicar esto queremos que quede algo perfectamente claro, el aislamiento en estos tiempos es una de las principales medidas con las que contamos para protegernos frente al COVID-19.

Con todo este contexto lo que buscamos es explicar la situación de violencia doméstica y de género ocasionada durante la pandemia. Al mismo tiempo, se pretende hacer un llamado a las autoridades en todos los sectores a tomar acciones que faciliten la participación de la población, con el propósito de lograr un mayor impacto en la detección de probables casos y, con esto, la promoción de la salud mental.

SILENCIO DE LAS VÍCTIMAS

AGRAVA MÁS EL PROBLEMA

Verdad inobjetable

Pero, ¿por qué el aislamiento ha sido detonante de este problema? De acuerdo a Dubravka Šimonović, relatora especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias (Šimonović D. Convocatoria de presentaciones : COVID-19 y el incremento de la violencia doméstica contra las mujeres [Internet]. 2020 [cited 2020 Jul 20]. Available from: https://www.ohchr.org/SP/Issues/Women/SRWomen/Pages/call_covid19.aspx), el aislamiento obliga a las personas, en este caso a las mujeres, a mantenerse en sus hogares junto con las personas que pueden llegar a generar algún tipo de daño hacia ellas y, debido, a que existe aún cierta parte de la población femenina que no se atreve a alzar la voz por miedo que sus agresores tomen represalias, esto lleva a que no se conozca la gravedad ni la estadística completa de estas acciones.

770 MILLONES DE MUJERES, ANUALMENTE,

SON VÍCTIMAS DE PAREJAS Y EX PAREJAS: OMS

Referente a la violencia de género, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que “cada año, en el planeta, aproximadamente 770 millones de mujeres son agredidas por su parejas y exparejas”; una cifra claramente alarmante pero que paradójicamente no lo es para las autoridades pues las acciones hasta el día de hoy son pusilánimes; en dado caso, ¿Qué tendría que suceder para que los políticos en turno hagan algo al respecto? ¿Por qué se les hace tan difícil elaborar leyes para  castigar a los agresores?

El agresor (cualquier persona que realice un ataque físico o psicológico), aleja a la mujer de sus posibles fuentes de apoyo, “fundamentalmente familia, amistades y entornos con el doble objetivo de aumentar el control”.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona que “en los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental” .

Contra la violencia

En México existe el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres, a cargo en un inicio de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP), el cual contiene información acerca de todas las instancias dedicadas a la atención de mujeres en situación de violencia de acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia”  (LGAMVLV), sin embargo, actualmente se encuentra aún en proceso de implementación lo que imposibilita el acceso a la estadística exacta sobre este tema. Sumado a esto, la falta de recursos educativos, económicos, de espacio en las viviendas, enfermedad crónica, entre otros, causa un espacio de convivencia empobrecido y susceptible a una situación de violencia.

Es necesario determinar la presencia de cualquier dato que nos oriente a la existencia de posibles actos de violencia doméstica y permitir la búsqueda intencionada de los  indicadores previamente mencionados y definirlos como actos aislados o repetitivos para descartar su existencia.

La violencia doméstica y de género es un hecho muy marcado en nuestra comunidad, es parte de los condicionamientos culturales, muchas veces esta violencia es silenciosa y pasa desapercibida. Sin embargo, en estos tiempos el tema de este tipo de violencia está muy marcado por la presencia de las voces que se atreven a expresarse.

Es por esto que su incremento en esta época de confinamiento y aislamiento, nos da una oportunidad de poder buscar soluciones al problema.

Casos extremos

Algunos de los métodos que se han implementado  para solucionar esto es el aumento de instancias o refugios, pero tal solución se queda corta; las redes de apoyo psicológico y económico; es una medida adecuada aún así a veces no es suficiente debido a que la situación tiene sus más profundas raíces en el imaginario personal reforzado por el imaginario colectivo en donde la mujer en pleno siglo XXI es considerada como artículo.

La solución está en la movilización para brindar información, cobrar consciencia que  la educación es tan importante para acabar con este sistema de creencias en que  La violencia doméstica y de género en la familia, es “normal”. Los centros escolares apoyados de información y capacitación para poder tener un mayor impacto en la población.

Este tema afecta a todos los niveles de la sociedad y es por este motivo que está en nosotros buscar el cambio.