La pandemia agudiza el problema… Depresión y suicidio, problemas de salud pública


Vilma Ivette Rivera Abarca*

La depresión en adolescentes es un problema de salud pública grave pues provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera de pensar, de sentir y comportarse.
La depresión se refleja en problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.
Causas
No se sabe exactamente qué causa la depresión, pero puede haber una variedad de factores involucrados. Algunos de ellos son los siguientes:
· Química cerebral. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y transmiten señales a otras partes del cerebro y el cuerpo. Cuando estas sustancias químicas son anómalas o deficientes, la función de los receptores nerviosos y los sistemas nerviosos cambia, factor que da origen a la depresión.
· Hormonas: Los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo pueden estar involucrados en la causa o el desencadenamiento de la depresión.
· Rasgos heredados: La depresión es más común en personas cuyos familiares, como un padre o un abuelo, también sufren la enfermedad.
· Trauma de la primera infancia: Los eventos traumáticos durante la infancia, como el maltrato físico o emocional o la pérdida de un padre o madre, pueden causar cambios en el cerebro que hacen que una persona sea más susceptible a la depresión.
· Patrones de pensamiento negativo aprendidos: La depresión en los adolescentes puede estar relacionada con el aprendizaje de no poder manejar sus propias emociones, por ejemplo: si en su familia es de emitir constantes quejas de todo y para todo, aprende a sentirse desesperanzado, en lugar de aprender a sentirse capaz de encontrar soluciones para los desafíos de la vida cotidiana.
· Estos patrones de pensamiento son adquiridos en la familia, escuela y sociedad, en donde prevalece la cultura del sufrimiento, reforzado por las canciones románticas, o los dichos populares que afirman que a esta vida se viene para sufrir.
Factores de riesgo
Existen numerosos factores que aumentan el riesgo de desarrollar o desencadenar una depresión en adolescentes:
· Tener problemas que impactan de manera negativa en la autoestima, como la obesidad, los conflictos con compañeros, el acoso escolar prolongado o los problemas académicos
· Haber sido víctima o testigo de violencia, como abuso sexual o físico
· Padecer otras enfermedades de salud mental, como trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, trastorno de personalidad, anorexia o bulimia
· Tener una deficiencia en el aprendizaje o padecer un trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
· Tener dolor continuo o una enfermedad física crónica, como cáncer, diabetes o asma
· Tener ciertos rasgos de personalidad, como baja autoestima o ser excesivamente dependiente, autocrítico o pesimista

La ayuda profesional es fundamental

· Abusar del alcohol, la nicotina u otras drogas
· El entorno social que rechaza e estigmatiza las preferencias sexuales como es el hecho de ser homosexual, bisexual o transexual.
· Los antecedentes familiares y los problemas con la familia u otras personas también pueden aumentar el riesgo de que el adolescente tenga depresión, por ejemplo:
· Tener un padre, un abuelo u otro familiar que padezca depresión, trastorno bipolar o problemas de alcoholismo
· Tener un familiar que se suicidó
· Tener una familia disfuncional y conflictiva
· Haber experimentado situaciones estresantes recientemente, como el divorcio de los padres, que el padre o la madre tengan trabajos de alto riesgo para sus vidas, por ejemplo ser policías, escoltas, servicio militar o la muerte de un ser querido.
Complicaciones
La depresión, sin tratar, puede resultar en problemas emocionales, de comportamiento y de salud que afectan cada área de la vida del adolescente. Las complicaciones relacionadas con la depresión pueden incluir, por ejemplo:
· Abuso de drogas y de alcohol.
· Problemas académicos.
· Conflictos familiares y dificultades en las relaciones.
· Involucramiento en actos delictivos y tener qué enfrentar el sistema de justicia juvenil.
· Intentos de suicidio o suicidio
Prevención

Acoso en la infancia, serias repercusiones en la vida adulta

No existe una manera segura de prevenir la depresión. Sin embargo, estas estrategias pueden servir de ayuda:
· Tomar medidas para controlar el estrés, aumentar la resiliencia y mejorar la autoestima para ayudar a manejar los problemas cuando surjan, de hecho plantearle problemas hipotéticos y buscar la solución.
· Buscar el apoyo de amigos y de la sociedad, en especial en tiempos de crisis.
· Recibir tratamiento a la primera señal de problemas para evitar que la depresión empeore.
· Mantener el tratamiento en curso, si se recomienda, incluso después de que los síntomas desaparezcan, para evitar una recaída en la depresión.
La sintomatología depresiva es prevalente en jóvenes y adultos en México, como en otros países, existe una mayor incidencia de casos entre las mujeres. Los jóvenes en condiciones socio-urbanas más conflictivas muestran tasas más elevadas de depresión.
Los trastornos depresivos en hombres pueden tener repercusiones de gravedad aún mayores que en las mujeres.
El estigma hacia la depresión en los hombres puede conducir a que se intente enmascarar los síntomas mediante conductas de alto riesgo. Las mujeres tienen mayores tasas de intento de suicidio sin conseguirlo, en los hombres los intentos son más letales.
Las tasas de suicidio consumado en varones son más altas en la mayoría de los países del mundo, y México no es la excepción. Pese a las barreras y escasos recursos en las instituciones de salud y educación, será necesario continuar desarrollando alternativas que permitan una mejor atención de la problemática de salud mental en la población joven, aun cuando sus necesidades no puedan ser expresadas directamente o que los motivos de consulta sean “otros”, frecuentemente enmascarados por conductas problemáticas, como la violencia y las adicciones, entre otras.

Abusos en la escuela

¿Qué es la depresión?
Los trastornos comúnmente denominados depresivos incluyen un conjunto de entidades clínicas relacionadas con problemas de mayor o menor intensidad y duración, tales como el episodio de depresión mayor y la distimia que, de acuerdo con el DSM-5, (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales)
*Son trastornos del estado de ánimo. Se refieren a síndromes conformados por diferentes patrones de comportamiento de significación clínica que no obedecen a respuestas convencionales, y cuya característica singular se centra en una alteración del humor asociada al malestar y discapacidad, así como al riesgo de perder la vida, sufrir dolor o perder la libertad.
*De este modo, dichos trastornos se caracterizan por su impacto en el estado de ánimo y el afecto de las personas, ligados con cambios o problemas en otras esferas de la vida, como apetito, fatiga, sueño, dificultades cognitivas, culpa excesiva e ideación suicida, entre otras.
*Si bien las investigaciones científicas ofrecen nuevos elementos para comprender mejor la etiología de los trastornos depresivos, aún quedan preguntas fundamentales por resolver. Por ejemplo, algunos estudios identifican factores individuales, tales como la carga genética, traumatismos psíquicos y/o accidentes cerebro-vasculares, mientras que otros subrayan la importancia de factores psicosociales, como los eventos de vida, las crisis económicas, políticas, entre otros.
La interacción de diversos factores es compleja y difícilmente pueden ser resueltos con abordajes exclusivamente enfocados en el individuo.
La relativa escasez de conocimientos no significa que necesariamente el planteamiento sea inadecuado, sino únicamente la necesidad de seguir desarrollando métodos e investigaciones que permitan esclarecer la etiología (origen) del problema.

Esta discusión es importante, pues impacta de manera específica en lo que se refiere a la identificación y atención de la depresión en la población adolescente.
Por ejemplo, un estudio reciente encontró diferencias importantes en los síntomas de depresión entre adolescentes y adultos mayores, con mayores tasas de ideación suicida entre los adolescentes y mayores tasas de síntomas somáticos en los adultos mayores.
Sin embargo, más allá de las manifestaciones particulares que todavía están por ser mejor comprendidas, la depresión constituye un grave problema de salud pública por su impacto en las personas y en la sociedad, que requiere mayor y mejor atención.
La depresión en los jóvenes adolescentes no es una debilidad tampoco es algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere ser atendidos con tratamientos específicos.
Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como la terapia psicológica, contar con grupos de apoyo y en muchas ocasiones deberán ser evaluados por los especialistas para determinar si es preciso que el o la joven les sea indicado algún medicamento.
Síntomas
Los signos y síntomas de depresión en los adolescentes incluyen un cambio en la actitud y el comportamiento, estos pueden ser cuadros de angustia y dificultades importantes en el desempeño académico, en actividades sociales o en otros aspectos de la vida. Los síntomas pueden variar según el grado de gravedad.
Cambios emocionales
Es necesario prestar atención a los cambios emocionales, tales como:
· Sentimientos de tristeza, los cuales pueden incluir episodios de llanto sin razón aparente.
· Frustración o sentimientos de ira, incluso por asuntos menores.

Obesidad, una de las causas

· Sentimientos de desesperanza o vacío, por ejemplo: la sensación continua de que la vida y el futuro son sombríos y desalentadores.
· Estado de ánimo irritable o molesto.
· Pérdida del interés o del placer en las actividades cotidianas.
· Pérdida de interés en familiares y amigos o estar en conflicto con ellos.
· Autoestima baja.
· Sentimientos de falta de valoración de sí mismo o culpa.
· Fijación en por errores del pasado o autoinculpación o autocrítica excesiva.

· Sensibilidad extrema al rechazo o al fracaso, y excesiva necesidad de aprobación.
· Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas, es decir olvidos recurrentes.
· Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Cambios en la conducta
Se debe estar atento a los cambios en el comportamiento, por ejemplo:
· Cansancio y pérdida de energía.
· Insomnio o dormir demasiado.
· Cambios en el apetito: disminución y pérdida de peso, o aumento del apetito en consecuencia aumento de peso.
· Consumo de alcohol o drogas.
· Agitación o inquietud: por ejemplo, caminar de un lado a otro, torcer las manos, tronarse los dedos, sudoración en las manos, hiperactividad es decir, incapacidad de quedarse quieto.
· Disminución de la agilidad mental, la rapidez del habla o los movimientos corporales.
· Quejas frecuentes sobre dolores de cabeza inexplicables, colitis nerviosa, que pueden incluir visitas frecuentes a la enfermería de la escuela.
· Aislamiento social.
· Bajo rendimiento escolar, ausencias frecuentes a la escuela.
· Menos atención a la higiene personal, apariencia desaliñada.
· Arrebatos de ira, comportamiento perturbador, acciones que ponen en riesgo su vida, como manejar a alta velocidad, por mencionar alguno.
· Autolesión: por ejemplo, cortes, quemaduras o perforaciones y tatuajes en exceso.
· Regalar objetos muy preciados por el o la joven.
· Plan suicida o intento de suicidio
Puede resultar difícil notar la diferencia entre los altibajos en el estado de ánimo que simplemente forman parte de la vida de cualquier persona en especial los jóvenes y la depresión adolescente.
Parece simple decirle a las madres y los padres que hablen con sus hijos pero es la única manera de para acercarse y entablar una escucha empática y aún así no se logre el objetivo de lograr determinar si tu hijo o hija es capaz de manejar sentimientos difíciles o si la vida le parece abrumadora.

Abuso de drogas y alcohol

Es probable que los síntomas de depresión no mejoren por sí solos y pueden empeorar o provocar otros problemas si no se les trata. Los adolescentes deprimidos pueden estar en riesgo de suicidio, incluso si los signos y síntomas no parecen graves.
Si los signos y síntomas de la depresión son tan evidentes es necesario actuar de manera inmediata con mucha comprensión, empatía y buscar la ayuda del especialista de la salud mental capacitado para trabajar con adolescentes. Los indices de suicidio son bastante alarmantes.
Según el INEGI, México, ha mostrado un incremento en suicidio del 150% en niños y jóvenes mexicanos de cinco a 14 años de edad (cuarta causa de muerte) y del 74% en jóvenes entre 15 y 24 años de edad.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, la población de adolescentes mexicanos contribuye al 17% de todos los suicidios en México, lo que representa un problema de Salud Pública.
A nivel mundial, el aumento de este fenómeno ha sido paulatino en la población adolescente y también se considera como un problema de Salud Pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), lo refiere como la segunda causa de mortalidad en la adolescencia (de los 12 a los 19 años de edad).
En México, las investigaciones epidemiológicas mencionan como factores de riesgo la falta de oportunidades académicas y laborales, el fracaso académico, el bajo nivel académico de los padres, la pobreza, la violencia intrafamiliar, el aislamiento social, las escasas relaciones interpersonales, el uso de drogas, el embarazo y a nivel mundial el bullying escolar y a través de redes sociales.
La implementación de programas de prevención en las instituciones con las que tiene contacto el adolescente, como son: clubes sociales, deportivos, la escuela y la familia, a partir del uso de los medios de comunicación y de la tecnología con la que se relaciona el adolescente, permitirá identificar los factores de riesgo para prevenir e intervenir terapéuticamente antes de la consumación del suicidio.
Si eres adolescente y crees que puedes estar deprimido, o si tienes un amigo que puede estar deprimido, no esperes para pedir ayuda. Habla con un profesional de salud como el médico o acude a la enfermería de la escuela. Comparte tus inquietudes con tus padres, un amigo cercano, un líder espiritual, un maestro o una persona en quien confíes.
Cuándo pedir ayuda de urgencia
A menudo, el suicidio se asocia con la depresión. Si consideras que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama a los números de teléfono de emergencia local de inmediato.
También considera estas opciones si tienes pensamientos suicidas:
· Llama a tu profesional de salud mental.
· Busca ayuda de tu médico de atención primaria u otro proveedor de atención médica.
· Ponte en contacto con un amigo cercano o un ser querido.
· Ponte en contacto con alguien más de confianza en tu comunidad.
Si un ser querido o amigo está en peligro de intentar suicidarse o lo ha intentado, haz lo siguiente:
· Asegúrate de que alguien se quede con esa persona.
· Si puedes hacerlo, lleva a la persona a la sala de emergencias del hospital más cercano.
Implicaciones de la depresión entre los adolescentes
El hallazgo de que los trastornos del estado de ánimo son más frecuentes entre los adolescentes que no estudian ni trabajan indica que la pertenencia a un rol ocupacional tiene un impacto positivo en el estado emocional.
En esta etapa adolescente la ocupación de estudiante es la que predomina en zonas urbanas como la Ciudad de México. La condición adicional de trabajar o solo trabajar está estrechamente relacionada con la falta de recursos económicos.
En este orden de ideas, resulta que, no estudiar ni trabajar pone en evidencia una problemática social que afecta el aspecto emocional de los jóvenes.

Convivencia, antídoto contra la depresión

Dado el impacto que genera en la calidad de vida de los y las adolescentes, es importante que hagamos comunidad asumiendo la responsabilidad cada quien desde sus propias trincheras, tanto como padres y madres, el sector salud, las escuelas, porque todos somos parte de la problemática.
Desarrollemos ambientes que favorezcan un entorno más amable en todos los sentidos. Enfocar el problema desde múltiples sectores puede permitir observar el panorama completo.
Cabe señalar que los niños y adolescentes no suelen buscar ayuda por sí mismos. En México, es requisito que estén acompañados de, al menos, el padre/madre o tutor(a) adulto para recibir atención en problemas de la salud, incluidos los emocionales.
A diferencia de los trastornos de la conducta o del déficit de atención con hiperactividad, que suelen provocar molestias a los padres de familia y/o a los maestros, los niños y adolescentes con trastornos depresivos muchas veces pasan desapercibidos. El reto es establecer sistemas de vigilancia epidemiológica para el monitoreo temprano de las necesidades de salud mental, y establecer campañas de atención oportuna y promoción y mantenimiento de la salud mental.
*Lic. En Comunicación Humana y Consultora en Semiología de la Vida Cotidiana