Me deparará un tiempo sin memoria
De mi nombre y de todo lo que he sido!
¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!
Jorge Luis Borges
La vida es una tómbola, y así anda el mundo (balazo)
Candidatura del millonario fue tomada con un juego; se encienden alarmas.
Amenaza se cierne sobre México; deportaría a once millones de inmigrantes.
Hillary Clinton en empate técnico con el magnate; ella podría cambiar el rumbo.
Crecen protestas por muerte de afroamericanos a manos de policías de EU.
Octaviano Lozano Tinoco/Reportajes Metropolitanos
Inició la Convención Republicana en Cleveland, Ohio, y Donald Trump fue nominado como el candidato del partido para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, con lo que esa organización política se dirige a su radicalización total y ser los nuevos extremistas de este siglo.
De llegar a ser gobierno incendiará la seca pradera del mundo, donde la crisis financiera, la violencia del yihadismo y el cambio climático complican la situación.
Su idea de construir un muro en la frontera sur fue una de sus primeras propuestas de campaña y la defiende con el fin de taponar los flujos de inmigración clandestina.
“México debe pagar el muro”, precisó Trump, al alegar que “los líderes de México se han aprovechado de Estados Unidos al usar la inmigración ilegal para exportar el crimen y la pobreza de su propio país (al igual que en otros países latinoamericanos)”, hecho que ha supuesto un costo “extraordinario” para el contribuyente estadounidense.
Hasta que México se haga cargo del gasto, un gobierno presidido por el millonario “confiscará los pagos de remesas derivadas de sueldos ilegales” y, entre otras medidas, “incrementará los precios de todos los visados temporales de primeros ejecutivos y diplomáticos mexicanos (y, si fuera necesario, los cancelará)”.
ONCE MILLONES DE INMIGRANTES FUERA
Otra medida será expulsar a todos los inmigrantes sin papeles. En Estados Unidos hay 11 millones de inmigrantes indocumentados que se emplean en cualquier tipo de oficio con tal de sobrevivir a la falta de recursos.
En este sentido, la economía estadounidense sufriría por la falta de esa mano de obra –que además es barata- y adicionalmente por los enormes costos (entre 400.000 y 600.000 millones de dólares que llevaría esa gigantesca labor, según el grupo conservador Action Forum) en los que incurriría el Gobierno.
El magnate también propone endurecer las penas para los “millones de personas que vienen a Estados Unidos con visados temporales, pero se niegan a marcharse”. En su batalla contra la inmigración ilegal, el político quiere igualmente “terminar el abuso de las prestaciones sociales” y exigirá a los solicitantes de entrada en el país “certificar que pueden pagar su propio alojamiento, su propia atención sanitaria y otras necesidades antes de venir a Estados Unidos”.
EXIJIRÁ PAGO POR PROTECCIÓN MILITAR
En el plano internacional rompería el acuerdo nuclear con Irán, es partidario de enviar tropas al extranjero para combatir sobre el terreno a los milicianos del Estado Islámico y afirma que Arabia Saudita debe pagar por la protección militar que le da Washington. Ese ese es parte del radicalismo que Trump trae en sus alforjas.
ESTADOS UNIDOS EN SU LABERINTO
Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
Rubén Darío
Estados Unidos, el imperio que se mantiene como tal en el siglo XXI, se encuentra cercado por los extremos de sus excesos: fascismo, xenofobia y violencia, con lo que sus otros puntos: su democracia y ser tierra de oportunidades se empiezan a desvanecer.
El golpe al ajedrez políticos del establishment dado por Donald Trump primero al lanzarse por la nominación republicana y después arrasando a sus rivales, entre ellos a Jeb Buhs, y lograr la nominación del partido puso en jaque al país.
TODO EMPEZÓ COMO UN JUEGO…
Sin guardarse nada y diciendo lo que piensa, sobre su odio contra los migrantes y especialmente hacia los mexicanos, como los causantes de la crisis económica que viven sectores pobres del país, Trump fue ganando adeptos y simpatizantes.
Hoy su candidatura que empezó como un juego y que el magnate inmobiliaria abandonaría a las primeras de cambio, hoy se ha convertido en una bola de nieva que puede llegar a la Casa Blanca, con todos los peligros que ello implicaría.
La actitud beligerante de Trump puede poner de cabeza a Estados Unidos, porque la política y diplomacia pasaría a un segundo término, toda vez que Washington haría todo a flor de piel.
Esto es porque lo que piensa Trump no está muy lejos de que lo piensa el establishment (económico y militar) del país, pero éste usa la diplomacia y la política para lograr sus objetivos y no dice lo que piensa a los cuatro vientos.
HILLARY, OPCIÓN PARA DETENER AL REPUBLICANO
Si Hillary Clinton, del bando demócrata, que ahora está en un empate técnico con el republicano, con 40 por ciento de la aceptación, no logra parar a Trump se le vendrá la noche a Estados Unidos y el velo de democracia podría caer por los suelos.
Otro caso que incendia al país es la violencia y los asesinatos de la policía contra ciudadanos afroamericanos.
En el país las autoridades no registraron la cifra exacta de personas fallecidas cada año a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, pero los cálculos oscilaban entre 458 y más de mil, afirma un reporte de Amnistía Internacional.
Según los limitados datos disponibles, entre las víctimas de homicidio policial había una cantidad desproporcionada de hombres Afroamericanos.
HABITAN EN EU CUARENTA MILLONES DE AFROAMERICANOS
Estados Unidos es un país con casi 324 millones de habitantes, de los cuales 245.5 millones son blancos, poco más de 54 millones latinos y unos 40 millones son afroamericanos.
De acuerdo con el portal “Muerto por la policía” en Estados Unidos (http://www.killedbypolice.net/kbp2015.html) el año pasado fallecieron mil 208 personas tras enfrentamientos con la policía, de ellos 522 eran blancos, 324 afroamericanos, 213 latinos y 149 asiáticos y otros. Hasta el 9 de julio de 2016 suman 610.
Tras la muerte de muerte de Freddie Gray en abril y el primer aniversario de la muerte de Michael Brown desencadenaron protestas en Baltimore (Maryland) y Ferguson (Misuri), respectivamente. También hubo protestas similares contra el uso de la fuerza por parte de la policía en ciudades como Cleveland (Ohio) y San Luis (Misuri), entre otras.