¿Hacia un colapso climático antropogénico?


John Saxe-Fernández/La Jornada

En marzo de 2014 la Asociación para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), eje científico de Estados Unidos (EU), ratificó que el cambio climático causado por humanos está en curso y que enfrentamos riesgos de cambios abruptos, impredecibles y potencialmente irreversibles en el sistema climático de la Tierra, con alteraciones de alto y masivo impacto. La AAAS mostró preocupación porque en EU, principal emisor de gases con efecto invernadero (GEI) acumulados en la atmósfera desde los inicios de la revolución industrial, no se aprecia la gravedad del asunto a pesar de evidencia abrumadora… todavía la población tiene que movilizarse a un ritmo y en una escala necesaria para evitar una catástrofe climática. Días después el IPCC remató que el calentamiento global mostró aumentos sin precedentes y había causado impactos sobre sistemas naturales y humanos en todos los continentes con futuros efectos severos, profundos e irreversibles.

El mismo día que se emitieron esos señalamientos la agencia Ap informó que Exxon, principal corporación del gas y petróleo de EU, dijo que era muy improbable que las políticas climáticas del mundo frenaran su venta de combustibles fósiles en el largo plazo. Esa también fue la postura desafiante de la cúpula fósil ante el compromiso de decenas de gobiernos de limitar la elevación de temperatura a menos de 2 grados centígrados (2ºC) desde la era preindustrial. Para ello, dice la Agencia Internacional de Energía, debe cesar toda inversión en infraestructura fósil a más tardar en 2017.

Se debe mantener el calentamiento por abajo de 2ºC, porque según el IPCC, aun 2ºC causaría daños y trastornos significativos. En otros estudios los efectos serían catastróficos. Según el EarthStatement, con miras a la COP 21 (Cumbre de Nacional Unidas sobre Cambio Climático), si no se inicia ya la descarbonización de la economía hay un riesgo de uno en 10 de llegar a 6ºC en 2100. Sería como estar en medio de 10 mil accidentes aéreos diarios, a nivel mundial. Este infierno no importa al alto capital vinculado a los combustibles fósiles, acostumbrado, como está “…a usar la atmósfera… un bien común, como basurero para lanzar los GEI” de 1 por ciento, reclama un analista del Instituto Postsdam sobre el Clima y porque, dice otro de ellos, no son los pobres sino los ricos los que colocan en riesgo al planeta y al final, a la humanidad.

Contra la capa de ozono

Rex Tillerson, el CEO de Exxon sigue con sus inversiones sobre las reservas fósiles del Ártico y la construcción del oleoducto Keystone XL para enviar los aceites de las tóxicas arenas bituminosas de Alberta a las refinerías del Golfo. Impasible ente el hundimiento humano le importa más el botín que los exhortos para dejar bajo tierra dos tercios de las reservas fósiles, incluidas esas arenas, o no será posible llegar abajo de 2ºC. Dice que son maquinaciones políticas contra nuevas tecnologías y técnicas…que nos permiten acceso a la energía de las arenas bituminosas, de las aguas ultra-profundas, de las lutitas y el esquisto, del ártico (sic) y subártico (sic). Celebra que el gobierno de Obama haya emitido nuevos reglamentos a favor del uso de la fractura hidráulica de alto volumen, en tierras federales e indígenas y aplaudió que, a petición del secretario de Energía, altos funcionarios del gobierno participaran en el Artic Research Study, del National Petroleum Council para el que “…el gas y petróleo del Ártico de EU pueden hacer una contribución significativa en la promoción de la seguridad energética nacional y global”(sic).

Simon Bowers y Harry Davies (The Guardian 25/5/15), informan del orgullo de Tillerson por el hallazgo, con socios rusos, de petróleo lo más al norte del mundo, hazaña vinculada a bonificaciones a su salario anual (33 millones de dólares). Exxon también encabeza las operaciones en el Mar de Kara que, dice, contiene colosales reservas, decenas de miles de millones de barriles.

Las mayores firmas fósiles, Peabody, Glencore Xstrata, Exxon, Shell, Chevron, Total, BP rechazan el consenso científico e invierten más de un billón (trillion) de dólares sobre reservas con valor de mercado de entre 23 y 27 billones de dólares, aunque así harían irreversible el ya de por sí acelerado calentamiento,

En medio de bonos y preparativos del Pentágono (DoD) avanzan los gerentes rumbo al abismo. Mientras cumplen el diktat de la ganancia capitalista que incendia la Tierra, nuestra casa común, el DoD, primer consumidor de combustibles fósiles del mundo y primer cliente del sector, se prepara, como en Irak y Libia, para guerras por los recursos y para contener las convulsiones socio-económicas y político-militares que acompañarían al colapso. Ante resistencias populares al acceso a fósiles, minas, ríos y forestas, el DoD dice que es necesaria una postura de fuerza y contar con una red de bases y capacidades, en casa y fuera, para proteger los intereses de EU y los de nuestros aliados. Ante eso urge desactivar en París el secuestro corporativo de la articulación de las COP.

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Hacia el cataclismo