Raúl Rodríguez Cortés
Al momento de cerrar esta colaboración transcurrían las primeras rondas del debate entre candidatos al gobierno de Oaxaca: Alejandro Murat (PRI-PVEM-PANAL), Joaquín Ruiz Salazar (PRS), Salomón Jara Cruz (Morena), Francisco Javier Jiménez Jiménez (PUP), José Antonio Estefan Garfias (PAN-PRD), Manuel Pérez Morales (PSD) y Benjamín Robles Montoya (PT), según el orden en que fueron presentados.
De entrada se definieron las estrategias: contra todos, Salomón Jara de Morena, quien tuvo el bueno tino de iniciar su participación en zapoteco; contra el candidato oficial, Estefan Garfias, el priista Alejandro Murat y el petista Benjamín Robles Montoya, quienes de acuerdo con las más recientes encuestas están incluso por arriba que el candidato del actual gobernador.
Murat, por ejemplo, empezó preguntando que tan bien les ha ido a los oaxaqueños con el gobierno de Cué lo que derivó en una enumeración de fracasos del actual gobierno y la necesidad de retomar el camino en beneficio de la gente. Robles Montoya, a su vez recordó la gran expectativa de cambio con que se concretó la alternancia hace seis años, proyecto político del que fue parte hasta que rompió con el círculo íntimo de Gabino para convertirse en un crítico de las promesas no cumplidas. Pero Robles Montoya, además, arremetió contra el priista Murat al sacar de nueva cuenta al debate, el origen y residencia de Alejandro Murat.
Estefan Garfias, por su parte, trato de eludir los señalamientos relacionado con el fracaso del llamado gobierno del cambio, pero no llegó al debate con las mejores herramientas para rebatir a sus contrincantes, pues los nulos resultados del gobierno de se han convertido en un fardo para quien aspira a sucederlo postulado por la alianza PRD-PAN.
Y no es solo un juicio de valor, sino el resultado de un proceso calificador de políticas públicas hecho por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reprobó al gobierno de Oaxaca en seis de nueve indicadores con que mide el desarrollo de los pueblos.
El resultado: reprobado-reprobado, es decir, una calificación de 0.0 (cero punto cero). Las políticas públicas en materia de acceso a servicios, participación ciudadana, educación, seguridad pública e ingresos de la sociedad han sido inexistentes durante la actual administración.
En la medición, que entrega un puntaje del uno al 10, donde 10 es excelente, Oaxaca obtuvo su calificación más alta en el rubro de generación de empleos formales, donde llegó a 7.9. En medio ambiente obtuvo 7.0 y en salud 2.1.
El promedio (de la suma y división) de los nueve indicadores es de 1.8 de calificación; no llega ni al 5.5 para que le pongan seis.
Cuando Gabino Cué fue postulado al gobierno de Oaxaca por el PRD y el PAN, se tuvo una gran expectativa, pues presentó su declaración patrimonial y prometió una serie de políticas que, tras el tiránico gobierno de Ulises Ruiz, sugerían a los oaxaqueños que se trataba del gobierno del cambio.
Ahora es grande la decepción, la imagen del gobernador está por los suelos, la gente ya no le cree tiene una gran decepción, su imagen está por los suelos y la gente ya no le cree ni a él ni a él ni al candidato Garfias.
Ya habrá oportunidad de analizar con más detalle del debate del viernes.
