El diluvio: Escarnio, orden público y legalidad


Rafael Cardona

En la ciudad de México se ha iniciado un debate acerca de si la autoridad tiene derecho de exhibir a los ciudadanos infractores a través de las redes sociales de video, o si éstos pueden quejarse por la exposición de su conducta la cual podría merecer sanción, pero no escarnio y en algún caso, quizá hasta una agresión.

La estigmatización de una conducta es un acto inapropiado de la autoridad, dicen unos. Otros creen lo contrario; es un escarmiento, como la lista de los condóminos morosos.

Estos son algunos puntos de vista de esta columna en torno de ese asunto y sus fundamentos jurídicos y políticos.

En la delegación Miguel Hidalgo tienen un “city manager”.

Podría ser un administrador urbano, para usarlo en español, pero bueno.

Le han dado ese cargo a Arne aus den Ruthen Haag.

Arne aus den Ruten, es un funcionario peculiar, yo recuerdo varios episodios de su paso como delegado en Miguel Hidalgo, donde primero fue delegado y ahora es “city manager”.

Bueno, uno fue cuando creó un grupo especial de policía, que también le puso un nombre en inglés, se sintió Schwarzenegger y les puso «Robocops».

Los «Robocops» un día quisieron desalojar a los ambulantes en Tacuba y les pusieron una paliza los ambulantes, desarmaron los puestos y con los tubos de los puestos agarraron a tubazos a los Robocops, que perdieron no solamente las rodilleras, los cascos, las viseras de plástico, los toletes, sino que perdieron hasta el empleo.

CARDONA  VENDEDORES AMBULANTES GOLPEARON...

Esa fue la aportación de Arne aus den Ruthen a la comprensión de los problemas del comercio ambulante en la Ciudad de México. Otro caso fue cuando los guardaespaldas de un magnate lo tundieron a él, y le hicieron “calzón chino” antes de echarlo del edificio corporativo de Constituyentes.

Después, para moralizar a la administración de la delegación Miguel Hidalgo, simuló aceptar un soborno de un millón de pesos, que en aquel tiempo era mucho dinero.

¿Qué hizo con el millón de pesos?, lo depositó en las arcas de la delegación, dijo «‘lo caido, caido’, este dinero no es para mí, es para la delegación y el trámite por el que me dieron ese dinero, que era para hacer un comercio en la zona de Polanco, simplemente no se hace».

Arne, es un hombre peculiar y ahora ha inventado algo que puede ser muy llamativo, pero que es ilegal.

Hasta ahora, decía la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad, es ilegal porque no está escrito en ninguna normatividad, pero sí dice «hay que debatir este tema por la actualización, la modernización de los medios, de denuncia», en fin, en defensa de los derechos humanos.

Yo no sé si hay que debatirlo o no hay que debatirlo, a mí cada vez que los funcionarios públicos que dicen que hay que debatir algo, yo muero de aburrimiento.

Yo lo único que sé es que el fundamento del derecho más allá de una  “cultura autoritaria”.

Debe privar  una cultura de la legalidad, no de la autoridad, de la legalidad. La autoridad tiene límites en el ejercicio de su función.

¿Qué puede hacer una autoridad?, todo aquello que la Ley le permite, nada más.

Solamente puede hacer lo que la Ley le permite hacer y la Ley no prevé exhibir a un ciudadano, así el ciudadano esté cometiendo una infracción.

No hay derecho de subirlo en un jumento, ponerle un cucurucho de San Benito y pasearlo como en tiempos de La Inquisición por la plaza pública, así sea la inquisición del Instagram o de las redes sociales, porque no hay ordenamiento jurídico sobre el cual se respalde esa conducta.

Y ¿qué es lo que puede hacer un ciudadano?, todo aquello que la Ley no le prohíba, y así nos entendemos, así está el derecho y así es cómo se debe aplicar.

Si un señor estaciona su camionetota en la banqueta, el “city manager” tiene que llamar a una grúa y llevárselo, llevarlo con un juez cívico, llevarlo al corralón, porque para eso sí tiene atribuciones, pero para fotografiarlo y exhibirlo, como si fueran estas revistas de espectáculos, donde sorprenden  a un galán de telenovela con otra señora que no es su esposa, y dicen  «los cachamos, miren estaban muy ‘amartelados’ en un restaurante», para eso la autoridad no tiene atribuciones.

CARDONA... PAPARATZI

Ahora, si la Comisión de los Derechos Humanos del DF quiere hacer un debate de esto, que haga un debate si quiere, parece que esas cosas nada más sirven para hacer debates.

Pero mientras no debatas y legisles, mientras no cambies las leyes, aplica las leyes que tienes.  Ya después veremos si las cambiamos y hacemos una Ley que diga «Al ciudadano que se le sorprenda haciendo pipi en la calle, se le va a tomar una foto y se va a subir a Instagram o a Periscope, o se va a poner en las redes sociales», para que le de vergüenza no lo que está haciendo, sino con qué lo está haciendo.

Es otra cosa, pero mientras tanto no podemos convertir, porque hasta la Constitución tiene una previsión, tú no puedes aplicar penas de infamia, no puedes aplicar penas de marca, no puedes señalar a la gente, no puedes simplemente estigmatizar a un ciudadano.

En el orden jurídico actual no hay autoridad que lo pueda hacer, y si lo hace está mal. Después por eso los agarran a tubazos, lo cual también está muy mal, está peor, porque eso sí está prohibido, darle de tubazos a un policía está prohibido, comportarse como «LordMeLaPelas» también está prohibido.

Pero no se va a arreglar la conducta jurídica, o antijurídica de los ciudadanos con actuaciones antijurídicas de las autoridades, no es así, para eso están los juzgados, para eso está el juez cívico, para eso está la grúa, para eso está la policía, pero no para que le tomes una foto al señor y lo balconees.

Si hay un cambio jurídico y la Asamblea decide que la exhibición pública de la conducta de un ciudadano es facultad de la autoridad, entonces tendrás una autoridad que será la «República de Paty Chapoy», viviríamos todos «ventaneándonos» los unos a los otros.

Si así es la Ley, habrá que cumplir con ella; pero mientras no sea así, habrá que cumplir con la que se tiene y la actual  no te permite hacer eso.