Donald Trump, un depredador sexual: Michelle Obama


Surgen denuncias de mujeres abusadas por el candidato Trump

Son historias inventadas, responde el representante republicano

La respuesta de Trump estriba en amenazar a todos sus oponentes

Crece rechazo de mujeres a Donald Trump a 24 días de elecciones

David Brooks-J. Jaíme Hernández/La Jornada-AFP

Greensboro/Los Ángeles. Otras dos mujeres acusaron este viernes a Donald Trump de haberlas manoseado, incluyendo una ex participante del reality show TheApprentice, mientras que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos dijo que los comentarios son parte de un complot para desacreditarlo a semanas de la elección.

SummerZervos, quien participó de la quinta temporada del programa televisivo de Trump en 2006, dio una rueda de prensa en Los Ángeles en la que dijo que el multimillonario trató de que se acostara junto a él en una cama cuando ambos se reunieron en 2007 para discutir un posible empleo.

«Luego me pidió que me sentara junto a él. Yo acepté. Entonces me agarró de un hombro y comenzó a besarme muy agresivamente y me puso una mano en un seno», sostuvo Zervos.

En tanto, el diario Washington Post publicó una entrevista con una mujer que dijo que Trump metió su mano por debajo de su falda, sin su consentimiento, en un abarrotado club nocturno en Nueva York a principios de la década de 1990.

“Yo estaba en un bar con mis amigos que estaban a mi izquierda. Este es un recuerdo muy vívido. La persona que estaba a mi derecha era Donald Trump. Me metió la mano bajo la falda y la ropa interior y me metió sus dedos en la vagina. En cuanto me di cuenta me puse de pie. Lo voltee a ver con esas cejas grandes y me fui de ahí”.

Según la versión de Anderson, su decisión de dar a conocer su caso se produjo después de ver el video revelado por The Washington Post la semana pasada, en el que Trump presume de su fama de casanova y que es capaz de hacer cualquier cosa a las mujeres, por el solo hecho de ser una estrella de televisión.

En su decisión influyeron, además, los testimonios de otras víctimas de Trump, como Jessica Ledds y Rachel Crooks, que ofrecieron su testimonio a The New York Times. Pero, además, la denuncia de la periodista de la revista People, NatashaStoynoff, que también acusó a Trump de asalto sexual.

Los casos de estas mujeres animaron a Kristin Anderson a compartir su historia con los periodistas de The Washington Post.

“Es un asunto de asalto sexual y es un tema en el que yo me había mantenido en silencio. Pero hoy creo que no hay que permanecer calladas. Las mujeres que han sufrido asalto sexual tienen que hablar”, aseguró Anderson al Post.

En un acto en la tarde del viernes, Trump denunció con vehemencia que las acusaciones en su contra son historias inventadas. «No sé quiénes son (…) Creo que me están arrastrando hacia algo desagradable, no tienen testigos, no había nadie cerca», sostuvo en un discurso en Greensboro.

«Probablemente algunas lo hacen para tener un poco de fama gratis. Está totalmente armado. Ahora, de pronto, después de muchísimos años, acusadores falsos aparecen a menos de un mes de una de las elecciones más importantes de la historia del país», agregó.

Con los testimonios de Zervos y Anderson ya son, al menos, ocho las mujeres que han decidido compartir sus historias para dinamitar las aspiraciones presidenciales de Donald Trump.

La campaña de Trump para llegar a la Casa Blanca ha estado tratando de recuperarse de la publicación, hace una semana, de un video de 2005 en el que el candidato hace alarde de haber manoseado a mujeres y de presionarlas sexualmente.

Si bien Trump dice que el video es sólo una «conversación de vestuario» y que nunca se comportó de esa manera, muchas mujeres han hecho públicas sus acusaciones luego de que se conoció.

El candidato republicano a vicepresidente Mike Pence defendió con firmeza a Trump. «Sigan atentos. Sé que habrá más información que se hará pública que apoyará su afirmación de que todo es categóricamente falso», dijo Pence al programa de televisión de CBS ThisMorning.

Con unas encuestas nacionales mirando hacia el sur, y con serias dificultades para frenar el avance de Hillary Clinton en Florida, Ohio, Pennsylvania, Carolina del Norte, Colorado o Virginia, Trump se ha visto también abandonado por el electorado femenino.

La más reciente encuesta sólo concedía a Trump un 28 por ciento de respaldo entre el electorado femenino, que representa más de la mitad del padrón electoral total.

depredador-son-acusaciones-falsas

DISCURSO DE MICHELLE OBAMA EN FLORIDA

West Palm Beach, Florida, EU. La primera dama estadunidense, Michelle Obama, acusó este jueves a Donald Trump de tener una conducta de «predador sexual» por sus comentarios sobre mujeres, pero el magnate se defendió tachando las acusaciones en su contra de «totales mentiras».

«Esto no es normal. Es vergonzoso. Es intolerable. No importa a qué partido pertenezcas -Demócrata, Republicano, independiente-, ninguna mujer merece ser tratada de esa forma. Nadie merece este tipo de abuso», dijo Obama en un mitin para la candidata demócrata Hillary Clinton en New Hampshire (noreste).

«Esto no fue una conversación de vestuario. Esto fue un poderoso individuo hablando libre y abiertamente sobre conducta de predador sexual», añadió.

Abogada graduada en la prestigiosa Universidad de Harvard, la esposa del presidente Obama fue una de las estrellas de la convención demócrata al pronunciar un discurso sobre la trayectoria de la población negra en Estados Unidos, pero la indignada furia que mostró este jueves electrizó a la multitud, enviando un mensaje de hermandad entre mujeres ante el sexismo y la violencia de género.

Su cargado discursó fue también un nuevo obús contra la accidentada campaña del republicano Trump, que intenta atajar un espectacular escándalo desde el viernes, cuando se divulgó la grabación de una conversación mantenida en 2005 y en que se jactaba de usar su condición de celebridad para abusar de mujeres.

Trump se disculpó, señalando que sólo fue una «conversación de vestuario» y negó haber acosado sexualmente a mujeres.

Pero desde entonces, acusaciones han salido a la luz de al menos seis mujeres, que afirman haber sido víctimas de embestidas y agresiones de índole sexual por parte de Trump.

En un caso reportado por el New York Times, una mujer dijo que Trump la manoseó cuando estaba sentado junto a ella en un vuelo, hace más de tres décadas.

La segunda afirmó que el magnate la besó sin autorización en la boca en uno de sus edificios de negocios en Nueva York en 2005.

 

“TOTALES MENTIRAS”

Pero el magnate de 70 años descartó las acusaciones como «totales mentiras», desviando la culpa a los «medios mentirosos».

«Estos ataques están orquestados por los Clinton y sus aliados en los medios», dijo Trump ante un público principalmente blanco y no muy joven en West Palm Beach (Florida, sureste).

La campaña de Trump tachó de «difamatorio» el artículo de New York Times y amenazó con acciones judiciales.

«Su artículo es temerario, difamatorio y constituye calumnia per se», escribió el abogado del candidato Marc Kasowitz en una carta al diario, tildándolo de un «esfuerzo motivado políticamente para derrotar la candidatura de Trump».

En contraposición, Clinton, que acumula el apoyo de periódicos, el último este jueves por el Washington Post, enmarca la oposición a Trump como un deber moral.

«Las mujeres tienen el poder de detener a Trump», dijo en Twitter la exsecretaria de Estado, sabiendo que los sondeos muestran una marcada diferencia entre los votantes masculinos que prefieren a su rival y las electoras mujeres que en su mayoría la apoyan.

Trump, que critica a los medios por no reportar suficientemente para su gusto sobre las revelaciones negativas en Wikileaks sobre Clinton, reiteró que la demócrata debe ir a prisión.

«Debe estar encerrada», señaló, llamando a Hillary y su esposo, el expresidente Bill Clinton, de «criminales».

«Cualquiera que desafíe su control es condenado como sexista, racista, xenófobo y moralmente deformado», alegó. «Te atacarán, te difamarán y tratarán de destruir tu carrera y tu familia», añadió.

depredador-summer-zervos-copia

“COMO UN PULPO”

La campaña del millonario, que marcha detrás de Clinton en los sondeos nacionales a 26 días de los comicios, está en ascuas tras la difusión el viernes del explosivo video, en el que se jacta de agarrar a mujeres por sus genitales.

Varios dirigentes del partido Republicano retiraron su apoyo al magnate y el legislador republicano de mayor rango se resigna a que los demócratas seguirán ocupando la Casa Blanca por cuatro años más.

Las nuevas acusaciones sólo echan más combustible a la polémica.

Rachel Crooks, actualmente de 33 años, relató que en 2005, al encontrarse con Trump en uno de sus edificios de negocios en Nueva York, el ahora candidato presidencial al presentarse comenzó a besarle las mejillas y luego la besó en la boca.

De su lado, Jessica Leeds, quien ahora tiene 74 años, afirmó que hace casi tres décadas, durante un vuelo, Trump se aprovechó de su proximidad en los asientos para manosearla.

Era como un pulpo. Sus manos estaban en todas partes», dijo al diario.

Pero algunos en el campo de Trump no se conmiseran.

«Eso fue hace 30 años. A nadie le importa», dijo este jueves Gerard Wood, un jubilado de 60 años, en West Palm Beach.

Primero fue su amenaza de encarcelar a Hillary Clinton, su adversaria política. 

Después sus amenazas contra The New York Times, pisoteando la primera enmienda de la Constitución, por haberlo expuesto como un “predador sexual” a través del testimonio directo de sus víctimas y ofreciéndole el derecho de réplica.

Y, por último, su intento por presentar al empresario mexicano, Carlos Slim, accionista de ese diario, como parte de la “conspiración de las élites globales” en su contra.

“Esto es sólo un aterrador recordatorio de lo que una presidencia de Donald Trump traería consigo”, advirtió The New York Times en su editorial de hoy.

En el curso de las últimas 48 horas, Donald Trump parece empeñado en quemar las naves de su campaña presidencial.

Entre desmentidos difíciles de creer. Asegurando, por ejemplo, que nunca conoció a las víctimas que hoy le denuncian como un abusador sexual.

Denunciando a Hillary y Bill Clinton como un par de “criminales” y al presidente, Barack Obama, como un “corrupto”.

Acusando al millonario mexicano, Carlos Slim, de sumarse a una conspiración urdida desde la campaña demócrata y las oficinas de The New York Times.

Apostando por una estrategia de “tierra quemada” que sólo es aplaudida por su base más extremista, pero no por el resto del electorado a nivel nacional.

En medio de una frenética operación de control de daños, los aliados de Donald Trump se reparten por los principales medios de comunicación:

“En el curso de las próximas horas tendremos listas las pruebas de que todas estas denuncias (de asalto sexual) son falsas”, promete el candidato a vicepresidente, Mike Pence, incapaz de sustanciar los desmentidos que nadie cree por adelantado.

Como un general alemán que avanza hacia el precipicio de una derrota anunciada, Donald Trump prosigue su marcha hacia ningún lado, entre amenazas y ataques nunca antes vistos en una campaña por la presidencia en EU.

Entre sondeos que se hunden por doquier. Con el cierre de operaciones de su campaña en el estado de Virginia, donde su desventaja se antoja imposible de acortar.

Con los ejércitos de Hillary Clinton avanzando con paso firme por estados como Ohio, Florida, Carolina del Norte, Colorado, Nevada, New Hampshire y Pennsylvania, donde las oportunidades de victoria de Trump se antojan remotas.

“Ningún candidato en la era moderna de las encuestas ha remontado más de 4 puntos de desventaja en el último mes de la contienda por la presidencia”, asegura Steven Shepard, el experto en encuestas del periódico Politico.

En el estado de Ohio, sin el cual ningún candidato republicano ha ganado la presidencia desde Abraham resultó electo en 1860, Hillary Clinton se mantiene al frente de las encuestas con sólo el 1.6%, según el muestreo de Real Clear Politics

En Florida, el estado que podría convertirse en el campo de batalla decisivo, Clinton le lleva a Trump una ventaja de 2.7%. En Carolina del Norte y Nevada, la ventaja de la demócrata es de 2.9% y 1.4%.

La más amplia ventaja de Clinton se localiza en Pennsylvania con el 8.4%, en Colorado 7.3% y en Wisconsin con el 6.7%.