De la violencia de género, la misoginia al feminicidio


Cifras de espanto

Vilma Ivette Rivera Abarca*

En vísperas de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, nos parece oportuno reflexionar acerca del tema del feminicidio, tanto en México como el resto del mundo.

Carteles no atendidos por autoridades

Según las estadísticas del INEGI este problema va en aumento.

La desigualdad y la violencia de género son recurrentes en la historia de las sociedades. Con el avance de los movimientos feministas este tema ha adquirido una visibilidad mucho mayor de la que tenía hace pocas décadas en gran parte del mundo.

PERO, ¿QUÉ ES EL FEMINICIDIO?

El término “feminicidio” hace referencia a un tipo de crimen específico en el que un varón asesina a una mujer, adulta o niña por ser de sexo femenino. A diferencia de otros tipos de asesinatos, los feminicidios suelen ocurrir en el hogar como consecuencia de violencia de género. También está categorizado dentro de los crímenes de odio, dado que ocurren en un contexto en el que lo femenino ha sido estigmatizado durante años.

El feminicidio es la manifestación más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia mujeres. Se produce como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones físicas, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital.

ESTADÍSTICAS

Se calcula que cada año se perpetran alrededor de 66 mil feminicidios en el mundo. No obstante, hay que tomar en cuenta que el número de casos de violencia de género tiende a minimizarse y que muchos países no diferencian entre los homicidios y los feminicidios.

Mientras que el 80% de las víctimas de asesinato son hombres, cuando hablamos concretamente de homicidio familiar o íntimo el porcentaje de hombres desciende a un tercio. Este es uno de los factores que explican por qué el feminicidio requiere ser distinguido del resto de crímenes

Los países con las tasas más altas de feminicidio son México, El Salvador, Jamaica, Guatemala, Sudáfrica y Rusia.

Más de la mitad de los 25 países con mayor tasa de feminicidios están en América; además de los mencionados, en la lista se encuentran Honduras, Colombia, Bolivia, Venezuela, Brasil y República Dominicana.

MOTIVACIONES DEL ASESINO

La motivación para el crimen es una de las peculiaridades principales del feminicidio en relación a otros tipos de homicidio.

Según Diana Russell, ( activista y escritora feminista activista de sudafrica, que dedicó su vida a luchar contra la violencia hacia las mujeres) . Es a quien se le atribuye la popularización de la palabra “feminicidio” (“femicide” en inglés”),

Frases no atendidas

Algunas de las motivaciones principales para estos asesinatos son la ira, el odio, los celos y la búsqueda de placer.

Otras variables que Russell considera relevantes son la misoginia, el sentido de superioridad de género y la concepción de las mujeres como posesión. Estas variables se transmiten culturalmente y promoviendo la violencia de los hombres hacia las mujeres.

TIPOS DE FEMINICIDIO

Diana Russell y otros autores, han propuesto diferentes tipos de feminicidio que difieren sobre todo en la relación entre la víctima y el asesino y en la motivación para el crimen.

ÍNTIMO FAMILIAR

Mientras que los feminicidios familiares son cometidos por varones dentro de su familia cercana o extendida, el concepto “feminicidio íntimo” suele usarse para hablar del asesinato de la pareja o la ex pareja, independientemente de la relación legal entre las dos personas.

El feminicidio íntimo se relaciona con el consumo de alcohol y otras sustancias y supone un 35% de todos los asesinatos de mujeres (no sólo los cometidos por hombres), lo cual lo hace el más frecuente de todos los tipos de feminicidio.

  • El asesinato por honor es un tipo especial de feminicidioque se comete contra mujeres de las que se dice que han deshonrado a la familia. Entre los motivos más habituales de “deshonra” se incluyen ser víctima de violación y ser acusada de adulterio.

Asimismo, en India, Irán, Pakistán y Bangladesh se perpetran asesinatos por dote. Tras el matrimonio, la familia del marido acosa y tortura a la esposa como método de extorsión para conseguir una dote mayor. En estos casos la mujer puede ser empujada al suicidio o morir asesinada, frecuentemente quemada viva cuando su familia no accede a pagar.

LESBICIDIO

No es difícil encontrar periodos históricos en que el asesinato de mujeres como castigo por ser homosexuales fuera legal.

Por ejemplo, en Francia en el siglo XIII se aprobó una ley según la cual a las mujeres se les debía amputar una extremidad, las dos primeras veces que tuvieran sexo con mujeres, mientras que a la tercera debían ser quemadas.

Celos, entre las causas de feminicidios

Un crimen similar y frecuentemente unido al lesbicidio es la violación correctiva; consistente en abusar sexualmente de una mujer homosexual con el objetivo de hacer que se comporte como si fuera heterosexual o simplemente como castigo. Es una manera de intentar imponer un supuesto «orden natural» mediante la violencia y el poder.

Hoy en día, la homosexualidad, tanto en mujeres como en hombres, sigue siendo condenada por la mayoría de religiones y es ilegal en países como Irán, Libia, India, Pakistán, Marruecos y Nigeria. Estas condiciones favorecen la violencia contra personas homosexuales, pues la legitiman desde las instituciones.

FEMINICIDIO RACIAL

En los feminicidios raciales al componente de violencia de género se suma un factor étnico: en estos casos el asesino mata a la víctima tanto por ser mujer como por tener rasgos culturales y físicos diferentes a los suyos. Se trata de una mezcla de elementos que generan odio de manera totalmente irracional, aunque culturalmente inducido por dinámicas históricas de discriminación.

En este tipo de asesinato el racismo no sólo influye en la consumación del crimen, sino también en que el hecho de que la víctima sea de una etnia menos valorada socialmente puede interferir en la resolución del caso, en el proceso legal y en la imagen que los medios dan de la fallecida es decir que la víctima es doblemente juzgada.

FEMINICIDIO EN SERIE

Este tipo de feminicidio suele darse cuando un varón mata a mujeres de forma repetida para obtener placer sexual sádico. En general estos asesinatos se producen por trauma o por asfixia.

Las víctimas de feminicidios en serie, como el resto de feminicidios no íntimos, son más frecuentemente en mujeres que trabajan como camareras o como prostitutas.

En ocasiones se atribuye el feminicidio en serie a la pornografía, en especial a aquella que erotiza la violencia. Desde una perspectiva de género, esto puede deberse a la normalización de la violencia que se produce en estas piezas de ficción.

No obstante, esta relación no ha sido demostrada por el momento. Es probable que el uso de estos materiales no sea un factor que predisponga a la realización de los crímenes, sino que forme parte del proceso de preparación a través del acto de fantasear con violaciones y asesinatos.

Desde distintas orientaciones teóricas se podría explicar la violencia de género y el feminicidio de modos muy distintos, nos centraremos en dos ejemplos: el interaccionismo simbólico y la psicología evolucionista.

INTERACCIÓN SIMBÓLICA Y EL PATRIARCADO

El interaccionismo simbólico es una corriente teórica de la sociología, la psicología social y la antropología que propone que las personas construimos conjuntamente símbolos que dotan de significado a la realidad en sus distintos aspectos, guiando nuestra conducta en relación a estos.

Desde esta orientación el feminicidio podría explicarse como una consecuencia de las diferencias en los roles otorgados a cada género por muchas sociedades: se entiende que el ámbito público debe ser controlado por los varones y se relega a las mujeres a la reproducción y al cuidado del hogar.

En muchas ocasiones se denomina “patriarcado” a esta estructura social, que se sostiene en leyes escritas y/o en normas implícitas que refuerzan y condicionan patrones de comportamiento diferenciados en función del sexo biológico.

Mujer afgana víctima de su marido

La concepción de las mujeres como inferiores a los hombres hace que el significado social de estos asesinatos sea menos negativo en entornos más patriarcales. De esto se podría deducir que existe una mayor probabilidad de que se dé violencia de género y, por tanto, el feminicidio si la ley y la cultura no los penalizan.

Aunque sean dos conceptos muy relacionados, el machismo y el patriarcado no hacen referencia a lo mismo. El machismo es un conjunto de creencias, sesgos cognitivos  y actitudes que predisponen a las personas a actuar como si la mujer tuviese menos valor que el hombre, mientras que el patriarcado es definido como un fenómeno social que históricamente ha sido el motor del machismo y de ciertos privilegios de los que solo disfruta el hombre.

Mientras que el machismo es expresado a través de los individuos (independientemente de si son hombres o mujeres), el patriarcado es algo que existe en los grandes colectivos, una dinámica de poder que sólo se entiende si tenemos en cuenta muchas personas a la vez.

Las medidas a tomar para luchar contra los feminicidios no pueden concentrarse solo en uno de los focos del problema, porque todo parte de un problema con varios niveles de complejidad: psicológico, psico-social, y sociopolítico.

Por ello, todo debe ser atendido por los cambios en todos los niveles tanto el individual (desarrollos de programas de prevención y de salud mental) y el colectivo. Estos últimos no solo implican cambios en la cultura y la sensibilidad hacia la violencia que sufren muchas mujeres; además, deberán incluir medidas materiales y objetivas: urbanismo que promueva la seguridad de las calles, políticas penitenciarias que protejan a las víctimas, etc.

Es conocido que  las personas que sufren violencia de género no sean capaces de denunciar, generalmente debido al miedo de posibles repercusiones para ellas o sus seres queridos, la presencia de incredulidad o la “creencia” de que no van a ser apoyadas. Estos pensamientos no están basados en fantasías puesto que es cierto que las victimas en muchos casos son maltratadas por las propias autoridades.

Es frecuente que las víctimas se sientan culpables o responsables de la situación, así ocultan su situación para evitan el  dolor a otras personas (por ejemplo, a sus hijos). Incluso, según el tipo de educación recibida o manipulada la víctima, llega a pensar que se trata de una conducta normal y/o que se sientan merecedoras de ella.

La persona que es víctima del maltrato emocional suele sufrir problemas serios, como estrés, ansiedad, depresión y este maltrato está  muy relacionado a que la víctima llegue a generar enfermedades del sistema inmunitario, alcoholismo y otras adicciones a sustancias psicoactivas.

CARACTERISTICAS DE LA

PERSONALIDAD DEL AGRESOR

Son  personas intolerantes no respetan las opiniones, actitudes o comportamientos de los demás, actúan y deciden por los demás desde sus prejuicios. Esto provoca que reaccionen de forma agresiva, desconsiderada y poco educada, pues  consideran que su voluntad debe ser respetada.

Estas personas no se muestran intolerantes al principio, sino que son encantadoras en las fases iniciales de la relación. Saben cómo comportarse, y su verdadero “yo” puede tardar un tiempo en aparecer. A medida que la confianza con la otra persona se incrementa, entonces muestran el comportamiento destructivo.

Los maltratadores son autoritarios porque se caracterizan por no tomar en cuenta los sentimientos de los demás, son intransigentes rayando en la irracionalidad. Son amantes del orden desde su subjetividad . Da igual si tienen razón o no.

Al ser individuos psicológicamente rígidos, piensan en términos de blanco o negro, es decir no tienen la capacidad de matizar los hechos.

Este tipo de personas se encargan de culpar, incomodar y provocar miedo a la víctima del chantaje. Suelen hacer que la víctima se sienta culpable por cosas que ni siquiera ha hecho o cosas que ha hecho pero que no necesariamente están mal.

Son hipercríticos, buscan los defectos de las otras personas y acosándolas emocionalmente con su debilidad, e incluso se inventan una debilidad para hacer que la víctima se sienta mal. No es crítica constructiva, sino una acción orientada a hacer que alguien se sienta mal para disfrutar con su reacción o para someterla.

Presentan estados de humor cambiantes en cuestión de minutos  debido  muchas veces a su hipersensibilidad,  suelen victimizarse para manipular a los demás.

Limita, controla e induce al aislamiento social de su  víctima, la separa de su familia, amigos, actividades, privándola de apoyo social y alejándola de su entorno habitual.

En ocasiones se pone a la víctima en contra de su entorno, produciendo que ésta decida desvincularse para evitar el descontrol del agresor. El aislamiento de la víctima de su familia y amigos es uno de los objetivos por las que el abusador obliga a la víctima a sumisión total

Por ejemplo, los ataques frente a los demás son muy característicos de este tipo de violencia, ya que permiten dejar signos visibles para mostrarle al mundo de que la víctima merece ser atacada a la vista de todos.

No sólo maltratan psicológicamente a sus parejas, sino que suelen extender este tipo de comportamientos, por ejemplo, con sus hijos, familiares, amigos e incluso pueden infundir daño físico a sus mascotas.

El control se convierte en su aliado. Esta es la manera de tener todo bien atado, para que no se escape nada de sus manos.

Ejercen el control de muchas maneras entre ellas la violencia económica. Este tipo de violencia se basa en la reducción y privación de recursos económicos a la pareja o su prole como medida de coacción, manipulación, con la intención de dañar su integridad.

También se considera como tal el hecho de obligar a depender económicamente del agresor, impidiendo el acceso de la víctima al mercado laboral mediante amenaza, coacción o restricción física.

Cuando pensamos en violencia de género en lo primero que se nos ocurre es la existencia de malos tratos en situaciones de pareja. Pero la violencia de género no es específica del ámbito de la pareja, sino que se da en múltiples ámbitos por ejemplo en las Instituciones, la familia y la sociedad en general también pueden ser lugares donde aparezcan situaciones de violencia de género como las anteriores.

Es necesario trabajar de cara para prevenir y concientizar a la sociedad, educando en diferentes aspectos como la tolerancia a la diversidad, la igualdad de derechos y oportunidades y la educación emocional para encararle y  evitar nuevas situaciones de violencia de género.

*Lic. En Comunicación Humana y Consultora en Semiología de la Vida Cotidiana