Alejandro Moguel
¿Porqué me picas? Preguntó la rana al alacrán, a quien había ayudado a cruzar el río. Porque soy alacrán y mi naturaleza es picar.
CIUDAD DE MÉXICO, Año de 1999, tiempos de cambio en el país. Un joven moreno, muy moreno, busca también trascender. El color de su piel es algo que le incomoda, lo acompleja, su pobreza también.
Pero la fortuna le sonríe. Un joven blanco, muy blanco, se fija en él. El modesto asistente que estaba haciendo méritos, cumpliendo los deseos del junior, pudo tener un ingreso medianamente decoroso. Lo hizo empleado de la Secretaría de Gobernación, demasiado para sus expectativas.
De llevar los zapatos a bolear o traerle una torta al funcionario pasó a ser su mano derecha. Después le cargaba el maletín y ya podía lucir algunas prendas de vestir de marca, de las que le obsequiaba el funcionario, a quien ya podía llamar amigo. Así comienza esta historia.
OAXACA 2000
El triunfo de Vicente Fox es propicio para una nueva propuesta política en el país. La cuidad de Oaxaca no es la excepción. El junior, aquel joven blanco que le tendió la mano a un joven discriminado, le abrió otra puerta: presidir en Oaxaca el llamado Movimiento Ciudadanos por Oaxaca.
2001 OAXACA.
Respaldado económicamente por la clase política tradicional de la ciudad, surgió un nombre entre la sociedad: Gabino Cué.
Nombre que se situó por encima de un miembro de su mismo equipo, pero sin apellido.
Un priista, quien goza ahora de los favores de Gabino Cué por aceptar la derrota que se anticipaba en el año 2001.
El priista aceptó el triunfo de un partido político distinto al PRI y eso le valió haber llegado sin problema a un importante cargo a nivel estatal.
El primer gobierno de alternancia, un partido emergente, movimiento ciudadano.
De nuevo el poder para Diódoro Carrasco y su equipo, que no pudo empujar a José Antonio Estefan, 1998, como candidato a la gubernatura.
Pero en la presidencia municipal había recursos y el gobierno compartido pero con su grupo político.
Del 2002 al 2004 Gabino Cué Monteagudo gobernó con la clase política que lo llevó al poder, siguió siendo fiel al ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano.
Los negocios en boga: los Castillo, los Candiani, los Montoya?
No, qué va
No porque ni Robles ni Montoya figuran en la lista de los apellidos de la vallistocracia y en Oaxaca el poder no se compartía con extraños, por lo menos hasta esa fecha.
Benjamín Robles tuvo un papel secundario, buscó otras propuestas de trabajo.
Seguía hasta entonces siendo un modesto empleado al que todavía la ambición no lo cegaba.
Aunque la vida le sonreía como nunca antes.
Su ex jefe, amigo ahora, le permitió ocupar la presidencia estatal de Convergencia, el partido en el poder de ese tiempo.
Mal, dejó a este partido en la ruina económica y con diferencias hasta ahora insalvables.
Comenzó una callada venganza en contra de algunos miembros que seguían siendo parte del equipo de Gabino, los hartó, como a Francisco Calvo, a quien hostigó y persiguió tan solo por haberse ganado los favores de Cué.
Ocupó este escalón para trepar a la legislatura local, desde donde empezó a idear la forma de llegar al poder, ese que le daría lo que hasta entonces nunca había tenido: la posibilidad de vengarse.
De qué se quiere vengar Benjamín?
En el período que considera de persecución a Gabino, algo que no se sabe si es real o mito, hubo un cateo a su casa. Por ese cateo, la salud de su ex esposa se afectó y falleció. Momento trágico en la vida de este político emergente y en ascenso.
Culpó de eso al gobierno de esa época y al PRI, partido del que fue parte y del que ha obtenido financiamiento a través de personajes como Fausto Vallejo, Víctor Tinoco Rubí y Alfredo Anaya, entre otros políticos michoacanos a los que alguna vez sirvió.
Por eso resulta extraño que se diga que ahora hizo una alianza con ese importante y siniestro personaje (Jorge “El coco” Castillo) de la política para sacar lo peor de este gobierno.
Lo dudo, más lo veo como un acto desesperado.
Alguien que en el ocaso de su carrera política pretende llevarse a quien cree le hizo a un lado.
Benjamín Robles Montoya es un alacrán. Su naturaleza es picar. Destilar el veneno en su víctima, por eso le fue tan útil a Gabino.
Fue el perro rabioso que defendió la puerta de su amo, pero que al final le mordió la mano.
Ángel Benjamín Robles Montoya, será ese su nombre real? Pero, usemos Benjamín.
Benjamín dice que Jorge Castillo -su karma- desfalcó al gobierno de Oaxaca con 2 mil millones de pesos y al tú por tú, retó al gobernador Gabino Cué a desmentirlo.
Ahora resulta que el pato le tira a la “escopeta”.
Ahora resulta que después de beneficiarse tantos años y convertirse en una persona, no sé si de bien, pero en persona, con familia.
Su hijo lleva una vida nueva también y es una pena lo que sucedió con el joven Echeverría.
Benjamín está perdiendo la razón, desesperado, lo que busca no solo es la posición política sino una posición desde donde cobrar viejas afrentas.
Lo mismo amenaza a periodistas que a funcionarios que se oponen a sus condiciones. Pero el nivel de agresividad subió al darse cuenta que puede no concretar sus aspiraciones.
Nadie duda tenga razón en cuanto al desfalco de Jorge Castillo, Gabino Cué y pillos que lo acompañan, pero alguien con sus antecedentes, con un pasado nada claro y un presupuesto igual de turbio, no es quien debe acusar al ladrón.
Tantito nada más necesitarán moverle para tener más elemento en contra incluyendo la PGR que también podría investigarlo por la presunta comisión de algunos delitos cuando ya no tenga fuero.
Al tiempo.