Adiós Jacobo


Josetxo Zaldua/La Jornada

 Voy a mojarme a sabiendas que lloverán mentadas de madre. Se fue al viaje sin retorno Jacobo Zabludovsky. Periodista discutido y controvertido, algo ciertamente envidiable. Hombre del sistema la mitad de su vida profesional. Hombre repudiado por quienes luchaban y morían en los duros tiempos del autoritarismo priísta, Jacobo fue ave de tempestades, navegante y aventurero, capaz de emprender su reconstrucción contra viento y marea.

En su Astillero de este viernes en La Jornada, Julio Hernández disecciona certeramente las dos vidas de Jacobo. La de soldado del PRI y la postrera de un hombre que entendió los nuevos tiempos y peleó para acoplarse y encajar en la coyuntura. Lo traté menos de lo que hubiera querido. Controversial por naturaleza, Zabludovsky tuvo el privilegio de estar siempre en el ojo del huracán.

Cualquier periodista que se precie adoptaría la piel de tan singular personaje. Como dicen que dijo el ilustre Oscar Wilde: que hablen mal o bien de uno no importa; lo importante es que hablen de uno.

Me quedo con lo bueno de él porque, al final del cuento, nadie es santo. Fue el más eficaz y obsecuente propagandista del viejo PRI. Se largó de Televisa, su casa, porque habían despedido a su hijo Abraham. Llegaban los nuevos tiempos y ese viejo lobo de mar olió y entendió las nuevas mareas.

Y se dio a la tarea de reinventarse, de reconstruir su vida profesional. Creo que lo consiguió. Lo aborrecí en su larga etapa en Televisa, indefendible esa época. Pero como nadie es perfecto, por suerte, aprecié y valoré su golpe de timón. Nos mostró lo mejor en su programa radial De Una a Tres.

No me apena decir que escucharlo era un remanso comparado con la histeria radial que nos invade a todas horas. Voces desabridas, pagadas por quién sabe quién, opiniones sujetas a talonarios anónimos, mercenarios y mercenarias que se venden como si fueran santos y vírgenes de la inexistente Santísima Trinidad. Se ostentan como líderes de opinión cuando en el fondo son pura cabeza hueca.

Jacobo asumió su miseria porque, entre otras cosas, era inocultable. Pero luchó para recuperar su perdida dignidad. Que lo haya o no conseguido es un asunto de cada quien, y todo se vale. Así es el juego.

Yo prefiero disfrutar su metamorfosis.

JOSETXO miguel herrera

MESA PUESTA

Generoso hasta la desesperación, Leonel Messi cargó sobre sus hombros a la selección argentina y, con la ayuda de un enorme Javier Pastore y del matador Angel Di María, aplastaron a una brava Paraguay que poco pudo hacer ante el vendaval albiceleste. Ya se acabaron los adjetivos para describir a ese monumental chaparro rosarino. Introvertido de nacimiento, explota felizmente en las canchas. Lo cosen a patadas y a mentadas de madre, pero el tipo se hace el loco para dedicarse a lo suyo, a deleitar a quienes aman el buen futbol.

La mesa está puesta. Será el sábado en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, el campo deportivo que el depravado dictador Augusto Pinochet, émulo de Hitler, Franco y Mussolini, convirtió en campo de concentración, tortura y exterminio una vez culminado el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, muerto en el Palacio de La Moneda bajo las bombas de la aviación pinochetista.

En ese mítico lugar que albergó, entre tantos prisioneros y prisioneras, al inolvidable cantautor Víctor Jara, a quien antes de ejecutarlo le cortaron las manos, Argentina y Chile escenificarán un duelo futbolero de alto voltaje. Escuelas diferentes pero unidas por la garra y el hambre de victoria, las dos escuadras conosureñas disputarán la supremacía futbolera de la región.

No son pueblos que se quieran, ni de lejos, y ese factor trasladado a las gradas puede ser determinante. Cierto es que las barras no meten goles, pero también es verdad que algunos árbitros flaquean más de la cuenta ante ese tipo de presiones. Y si algo ha fallado en esta Copa América, además del Tri, es el arbitraje, nefasto por donde se le mire.

Por suerte en el Argentina-Paraguay no hubo cosas feas sobre la cancha, cosa que se agradece después de ver los disparates previos. Discuten ahora sobre si es más grave dar una patada o morder, escupir o meterle un dedo en el culo al jugador más cercano, caso Jara-Cavani.

Dicen también los defensores de la barbarie que todo es parte del juego y que en la cancha debe quedar lo que de la cancha es. Por esa regla de tres los campos de futbol acabarán siendo arena de gladiadores. Hay que ser muy tarado para defender lo indefendible. El futbol es deporte de contacto, de fricción física y emocional, es una disciplina que pone a prueba carácter y disciplina, control de quien lo practica.

Tan punible es una patada artera como un mordisco, un tocamiento genital o un tacto proctológico. Si ese tipo de actuaciones no son atajadas a tiempo esgrimiendo estúpidamente que son “lances del juego”, el futbol dejará de ser lo que es para convertirse en un espectáculo triste y deplorable.

JOSETXO   Gonzalo Jara,

 SIN PROCTÓLOGO

El guión de la Copa América sigue su curso, todo armado para que la anfitriona Chile sea la campeona. Hoy ganó a una excelente selección peruana que desde el minuto 21 jugó con diez. Primero el guión y luego el futbol, parece ser la consigna de la contienda.

No le hizo falta al elenco chileno su proctólogo de cabecera, el defensa Gonzalo Jara, el mismo que provocó con sus malas artes la expulsión del astro uruguayo Edinson Cavani.

Sumida en los escándalos de la corrupta FIFA que todavía dirige el capo suizo Sep Blatter, la Conmebol no ha asomado la nariz en la competencia futbolera más añeja a nivel de selecciones del planeta futbolero. Los sobrevivientes de pantalón largo no se mueven de sus domicilios por temor a ser arrestados. Pero antes de explotar, la cloaca fifera y conmebolera arregló las cosas para que la selección chilena le eche un capote a la alicaída presidenta Michelle Bachelet, salpicada también por la corrupción de uno de sus hijos.

Pero una cosa es el guión y otra la realidad, y a veces no embonan. Este martes Argentina y Paraguay decidirán quién llega a la final. Se vieron en octavos y la tropa de Messi estuvo a un suspiro de hincar la rodilla ante la brava selección guaraní. Este martes no hay favoritos pese a que, jugador por jugador, la albiceleste es un reducto de estrellas y los paraguayos son un grupo de francotiradores.

Claro, no es lo mismo birlarle la Copa a Argentina que hacérselo a Paraguay, con todo y que sus dos grandes dirigentes, Julio Grondona (fallecido) y Nicolás Leoz (investigado por la FBI), fueron los capos de segunda línea de Blatter. Esos dos personajes, apadrinados por el gran capo brasileño Joao Havelange, que dejó su cargo al suizo al frente de la FIFA, mangonearon a sus anchas el futbol mundial.

Puede que Chile gane en buena lid, equipo tiene para ello. Sea como sea, el día de la final el arbitraje marcará la pauta. Ahí saldremos de dudas.

JOSETXO   seleccion mex...

 BIPOLARES

Ante cada partido del Tri se abre la incógnita: ¿será el doctor Jekyll o será míster Hyde? Pasó en la frustrante Copa América con el equipo segundón y se repitió este sábado con las estrellas en el amistoso contra Costa Rica.

Entre pitos y flautas la Selección sigue en el diván con Miguel Herrera a la cabeza, un entrenador que parece haber perdido el rumbo. El miércoles choque contra la física Honduras, un equipo que siempre se le atraganta a México.

Veremos si juega Jekill o lo hace Hyde, o de plano repiten la dosis de un tiempo para cada uno, no vaya a ser que se enojen. Anda desorientado el Piojo, cargando un crisis de identidad, de falta de confianza en sus diagnósticos, y todo ello se traduce en planteamientos tácticos dignos de novatos.

Tiene el Tri el consuelo de ver a la poderosa Brasil dando tumbos y pena ajena. Pagaron caro el vacío dejado por Neymar, a quien el colombiano Zúñiga lo sometió a base de patadas y provocaciones varias que dejó pasar un calamitoso arbitraje.

Y si de arbitraje se trata es imposible soslayar el pésimo trabajo hecho por el silbante mexicano Roberto García Orozco en el Argentina-Colombia del pasado viernes.

“Esto es América y aquí se juega así”, le dijo el réferi a Messi, harto de recibir patadas de sus rivales sin que el árbitro pusiera coto a semejante cacería. Que se sepa, además, Messi es tan americano como García Orozco. De modo que además de pitar mal demostró una supina ignorancia.

La otra víctima de los desastrosos arbitrajes que está sufriendo la Copa América fue el charrúa Edinson Cavani, a quien el defensor chileno Gonzalo Jara, convertido en urólogo, le metió un dedo en el culo.

Cavani respondió institivamente propinando un leve codazo al provocador y éste, además de futbolista y urólogo, demostró ser un buen actor. Total, Cavani fue expulsado y todo Chile cerró filas con Jara.

Lunes y martes Argentina, Chile, Perú y Paraguay se jugarán su pase a la final. Ojalá las patadas a diestra y siniestra, las provocaciones barriobajeras y los exámenes proctológicos sobre la cancha dejen lugar a lo que importa: al futbol.

 

 DE COPA EN COPA

Ya espera la de Oro después del fiasco de la América. De copa en copa y tiro porque me toca. Así debe pensar ahora Miguel Herrera a sabiendas de que el sueño de llegar al Mundial de Rusia puede irse por el desagüe en la próxima cita a celebrarse en Estados Unidos. Ahí desplegará el trabuco que tiene a mano, al llamado Tri clase A. Si con ellos no trae la copa, los días del Piojo al frente de la selección habrán llegado a su fin. Hay quien dice que el Cuau, flamante alcalde electo de Cuernavaca, ya le ofreció hacerse cargo de la selección morelense. Algo es algo.

Sobre el papel el Tri grande luce muy bien. Hay jugadores fogueados en las ligas europeas, acostumbrados a un nivel de exigencia que aquí no existe. De manera que Herrera no tendrá de qué agarrarse en caso de fracasar. Mal se vio en Chile cargando contra los árbitros –nefastos a más no poder- para diluir su responsabilidad en tamaño desaguisado.

Ese recurso está agotado y, además, se ve feo, digno de personas que achacan su mala gestión a factores externos. Tampoco la responsabilidad es exclusiva de él. Los éxitos son de todos y los fracasos de unos pocos, parece ser la consigna imperante en la podrida Federación Mexicana de Futbol y, sobre todo, en los dueños de la redonda que siguen empeñados en ahuyentar a la gente de los estadios. Les basta con la televisión y con los pingües beneficios que se reparten a su antojo.

También hay que reconocer que el desempeño futbolístico mexicano en la Copa América no dista mucho del ofrecido por las selecciones sobrevivientes. El papel de Brasil, con un enloquecido Neymar recién estrenado como capitán, es digno de sonrojo. Y Argentina con todo y el mejor jugador del mundo en estos momentos sudó frío ante la sorprendente Jamaica. Colombia y Uruguay, los otros dos gigantes sudamericanos, ofrecieron también pobres sensaciones y, en general, ningún equipo se salva de la quema hasta ahora.

Da la impresión de que los jugadores, cumplidas las ligas donde juegan, llegan a estos torneos con sus neuronas fundidas. Lo que manda es el negocio y permea la idea de que esa gallina de los huevos de oro que es el futbol nunca se agotará.

Para los orondos dueños de ese millonario changarro lo que importa es el dinero. Lo demás siempre será lo de menos.

JOSETXO ZALDUA  LEONEL

 EL FRACASO

Llueve sobre mojado. En la cancha de Rancagua se desplegó una de las peores versiones de la selección de México en esta etapa dirigida por Miguel Herrera.

El hombre-anuncio fracasó con estrépito en la aventura de la Copa América. Remató su mala faena en la plaza chilena siendo expulsado una vez más. Pero hay que reconocer su consistencia: bronco como jugador, bronco como entrenador.

Baste decir que el jugador que destacó en los tres partidos fue el delantero Matías Vuoso, quien se partió la cara en cada juego mientras sus compañeros se dedicaban a jugar a las canicas.

El Piojo va perdiendo enteros aceleradamente. Como técnico y como persona. Sus reiteradas apariciones en la televisión anunciando cualquier clase de productos, así como la mala cabeza expresada en su aparición tuitera promoviendo el voto para los verdes, comienzan a pasarle factura.

Poco le han ayudado directivos y jugadores guardando un silencio cobarde y cómplice. Si fracasa en la próxima cita a celebrarse en Estados Unidos su futuro como entrenador del Tri será más que problemático.

Y de los jugadores tampoco puede hablarse en mejores términos. Abúlicos y pagados de sí mismos ofrecieron un espectáculo lamentable, salvo el citado Vuoso.

En suma, lo visto en la travesía chilena de la selección mexicana no invita al optimismo. Impresiona que no haya una estrategia global que tenga sus cimientos en las fuerzas básicas.

Carentes de una educación básica, los jugadores que descuellan acaban siendo mediocres porque, entre otras cosas, no tienen herramientas para sortear las lisonjas que les recetan no pocos e interesados miembros de la crítica deportiva.

Veremos si el equipo A cumple con la vitola de favorito que siempre carga en la zona Concacaf y es capaz de ganarse un asiento en la Copa de Confederaciones, un certamen de escasos pergaminos pero que rinde un buen billete, lo único que les interesa a los ineptos directivos del futbol nacional.

¿O no?